Un camino

Hace treinta años, en el marco de la democratización de la Argentina, la carrera de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNICEN se sumaba a la renovación historiográfica a través de la reformulación del plan de estudios, de la realización de concursos que modificarían la planta docente y también mediante la creación del Instituto de Estudios Históricos Sociales, el IEHS.

El surgimiento del IEHS, producto de un proyecto colectivo, se convirtió rápidamente en un perla inesperada que demostraba que se podía hacer buena historia profesional desde el interior y desde una Universidad pequeña. Al año siguiente, la aparición del Anuario IEHS vino a coronar el esfuerzo.

Hoy, con recambios generacionales, pérdidas y alejamientos y sin haber podido sortear el creciente individualismo que se vivió en la sociedad una vez pasada la euforia de la democratización, el Instituto continúa siendo una referencia ineludible del campo historiográfico y ha servido de modelo a más de un centro de los muchos que, afortunadamente, se fueron creando en las distintas universidades del país. Con una planta estable de doctores y doctoras especializados en temas diversos y una permanente incorporación de nuevos investigadores y becarios se ha sostenido no sólo el Instituto (que hoy lleva el nombre de Profesor Juan Carlos Grosso, uno de los “padres fundadores” que, con su partida, dejó un vacío intelectual y humano insoslayable) sino también el Anuario mantuvo su prestigio nacional e internacional y se logró crear el Doctorado en Historia que prontamente alcanzó la mayor calificación dentro de los posgrados de la Argentina.

Los/as investigadores/as que conforman hoy el staff del IEHS siguen siendo tenidos en cuenta en muchos lugares de la Argentina y el exterior, cuando se organizan actividades, se requieren evaluadores o se conforman jurados sobre temáticas específicas, tales como el mundo indígena, los estudios de género, la historia política, la historia intelectual, cuestiones demográficas, la inmigración, los siempre activos estudios sobre la conformación del Estado en el siglo XIX, el peronismo o el peronismo después e Perón, el mundo del trabajo, los florecientes campos de estudio sobre la justicia, la religión, las derechas y los antifascismos entre muchos otros temas. Sin duda, la planta profesional, integrada mayoritariamente por quienes fueran estudiantes de distintas promociones de la carrera en estos largos y agitados treinta años es el gran capital del Instituto. Y, ello debiera ser uno de los mayores orgullos de Juan Carlos Garavaglia, Juan Carlos Grosso, Susana Bianchi, Eduardo Míguez, Raúl Mandrini, Estela Spinelli, Zacarías Moutoukias, Graciela Malgesini Norberto Álvarez y Antonio Manna, entre otros, más algunos jóvenes graduados de aquellos años, que dieron el puntapié inicial y siguen siendo parte o se encuentran estrechamente vinculados con la institución y de los que fueron (fuéramos) sus alumnos/as y luego discípulos, porque ha sido el esfuerzo empecinado de cada uno de ellos, de todos nosotros, lo que permite que hoy estemos festejando treinta años.

El Instituto ha sido un soporte fundamental para cada uno de nosotros y nos ha permitido exponer nuestros trabajos, publicar y organizar actividades académicas con la garantía y confianza que implica y genera el sello del IEHS y desde ese paraguas hemos podido desarrollar nuestras carreras, avanzar en las investigaciones y seguir esgrimiendo y levantando el nombre del Instituto en el espacio nacional e internacional. No se trata de inventar épicas, sino de historizar a un núcleo de investigación que, a pesar de las complejidades de las acciones colectivas y las coyunturas económicas, no ha dejado de crecer como tampoco ha dejado de ampliarse su preciada Hemeroteca.

En mi caso en particular, mi preocupación ha sido siempre la democracia, sus límites y sus obstáculos. De allí, que siendo aún alumna me propuse investigar sobre la definición del enemigo propuesta y ejecutada por la última dictadura. Acompañada en la dirección por los profesores Susana Bianchi y Juan Carlos Grosso ingresé a la investigación con un tema que era todavía muy resistido en el ámbito académico. Llegado el tiempo de pensarme profesionalmente y acceder a becas que me permitieran la formación de posgrado, me propuse investigar sobre el primer golpe de Estado en la Argentina del siglo XX. Como suele suceder, el proyecto que inicialmente se pensaba dentro de los términos más clásicos de la Historia política, con el paso de las fuentes y la bibliografía fue acercándose a la Historia intelectual, la Historia cultural y al análisis de las subjetividades. Desde ese entonces hasta hoy, mi mayor producción está relacionada con el estudio de los intelectuales de derechas. Y en ese novedoso campo de estudio que se propone discutir la viabilidad del concepto derechas, es donde mi accionar ha trascendido el escribir libros y artículos y conjuntamente con el Dr. Ernesto Bohoslavsky (UNGS-CONICET) desde hace cinco años venimos coordinando los Talleres de Discusión sobre las Derechas en el Cono Sur, siglo XX que ha permitido la reunión de numerosos investigadores (de diferentes trayectorias y disciplinas) tanto de Argentina como del exterior. Dichos encuentros se realizan alternativamente en el Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad Nacional de General Sarmiento y en el IEHS. La necesidad de pensar a las derechas trasciende a la Argentina y es común a toda América Latina, por ello hemos sido invitados a realizar alguno de los Talleres en Uruguay (Universidad de la República) y en Porto Alegre, Brasil. El relato de esta experiencia personal no busca alimentar el ego individual sino demostrar con un caso específico lo que se repite con cada colega del IEHS. Esto señala, además, la dinámica de los estudios históricos, la continua ampliación temática, y la diversidad de perspectivas.

Todo mi desarrollo profesional se ha producido en el marco del Programa Actores, Ideas y proyecto políticos de la Argentina Contemporánea y las jornadas de lectura y de debate con los colegas que comparten el espacio han sido fundamentales para formularme nuevas preguntas, nuevas perspectivas, para poner en reflexión supuestas certezas y calmar las incertidumbres.

En los últimos años el IEHS (conjuntamente con el Centro de Investigaciones Geográficas –CIG-) ha conformado el IGEHCS, Unidad Ejecutora CONICET-UNICEN que promete dar nuevo impulso a ambos institutos y una mayor y necesaria comunicación interdisciplinar.

Finalmente, resta señalar las cada vez más habituales actividades de extensión que desarrollan los investigadores del IEHS y que implican un contacto más horizontal con la sociedad. En particular me interesa señalar la creación (con el Auspicio de la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Humanas y en el marco del IEHS, CIG y el IGEHCS) del Archivo Digital Comunitario, que busca constituirse como un dinámico reservorio de digital de fotos, documentos y testimonios del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Esta propuesta surge de la convergencia de varios anteproyectos con un denominador común: aportar a la construcción participativa de memoria de la comunidad y al registro de fuentes de gran valor histórico y social. Con la participación de docentes- investigadores, graduados y alumnos, dentro del archivo general, se encuentran la Fototeca Digital que ya lleva recopiladas y digitalizadas más de once mil fotos y el Archivo Oral de fuentes académicas que recupera testimonios de utilidad para la investigación y la docencia.

El IEHS ha recorrido un largo camino y es mucho lo que tenemos por delante. Recuperar la identidad colectiva y las acciones consecuentes es el gran desafío. La historia nos avala.

Fototeca Digital de Ciencias Humanas  y Archivo Histórico Oral de Ciencias Humanas.

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