Sociedad
15 de octubre de 2012

La experiencia de la Red Socio Alimentaria en Tandil (2003-2005)

Mag. Liliana MADRID

El reconocimiento del derecho a la alimentación motorizó la conformación de la Red Socio Alimentaria (en adelante Red S-A), creada en 2003 como un proyecto del Grupo de Investigación y Acción Social (GIyAS) de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (FCH-UNICEN), con financiamiento de  Cooperación Internacional de la Regione Autónoma Friuli-Venezia- Giulia y la Universitá degli Studi de Trieste (Italia). En la implementación de la Red S-A también participaron alumnos de la carrera de Trabajo Social, en el marco de sus prácticas pre-profesionales, y docentes-investigadores del Centro de Estudios Interdisciplinario de Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) de la FCH-UNICEN. Asimismo, la Red S-A se articuló en 2004 al proyecto de estudio sobre Alimentos Lácteos Modificados para el mejoramiento de la calidad alimentaria (Programa Institucional Alimentos UNICEN).

Enfatizando la necesidad de estimular iniciativas colectivas desde la Universidad pública que contribuyan al ‘encuentro’ de los diversos actores para responder a las necesidades de la comunidad, recuperamos a continuación aspectos centrales de la experiencia focalizando el lugar otorgado a los sujetos en la toma de decisiones. El proyecto consideró que la participación ‘real’ de los sujetos requería de ciertos prerrequisitos que involucraban posibilidades prácticas y simbólicas de incidir en las decisiones desde una posición social libre de restricciones económicas, políticas, sociales o culturales. En este sentido, buena parte del financiamiento alcanzado fue volcado hacia la resolución de situaciones cotidianas cuyo solvento contribuía a la participación de sectores sociales desocupados y subocupados -recordemos el contexto de 2003-. De esta manera, se conformó un escenario de articulación de múltiples actores que habilitó el intercambio de saberes generados a partir de cada experiencia, donde, si bien se trabajó en torno al problema alimentario, éste no fue aislado de la totalidad de las necesidades sociales del momento histórico.

La Red S-A perseguía el objetivo de mejorar la calidad de vida de las familias a partir de la creación de redes solidarias de producción-consumo para satisfacer las necesidades alimentarias. Asimismo, con el fin de promover una progresiva participación democrática se proponía desarrollar alternativas colectivas para la cobertura de las necesidades sociales de los grupos involucrados.

En este sentido, se construyeron espacios de articulación entre pobladores, organizaciones de la sociedad civil e instituciones públicas para mejorar la calidad de las prestaciones alimentarias. La conformación de los Centros de Promoción de Huertas Orgánicas familiares, la Red de Viandas y Comedores y la Unidad Demostrativa de Producción de kefir contribuyeron a fortalecer las articulaciones existentes y al surgimiento de nuevos lazos.

La Red de Viandas y Comedores posibilitó la adquisición de nuevos conocimientos y viabilizó servicios alimentarios comunitarios que estaban desarrollando su labor en precarias condiciones socio sanitarias. El estimulo permanente al desarrollo de una red de intercambio entre los mismos, realizando reuniones itinerantes en diferentes servicios alimentarios cuyos traslados se financiaban desde el Proyecto, contribuyó al intercambio de las experiencias de trabajo y permitió definir dos dimensiones de esta red: en lo que atañe al reconocimiento y reclamo de apoyo estatal en la tarea emprendida; y al establecimiento de acuerdos de trabajo para mejorar los servicios alimentarios.

Si bien la Red S-A asignó fondos para mejorar la infraestructura así como distribuir equipamientos y utensillos de cocina, fueron los miembros de los servicios alimentarios colectivos quienes definieron las necesidades de cada organización.

En otro orden, la Red S-A  recurrió a la realización de huertas familiares entre las formas de cobertura de las necesidades alimentarias de las familias y grupos subocupados, desocupados o bajos ingresos en general. Esta actividad se desarrolló en colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria desde el programa Prohuerta. La puesta en marcha de las huertas requería de conocimientos y para ello se implementaron acciones periódicas de capacitación para los promotores voluntarios de huertas que actúan desde distintas instituciones y tenían la ‘misión’ de colaborar con las familias en la realización de la huerta. La Red S-A  proveyó a los promotores el transporte gratuito para asistir a todas las capacitaciones, así como los materiales de capacitación, agendas y los elementos para el registro. A su vez, el trabajo de los promotores hizo visible un conjunto de problemas que obstaculizaban la implementación de las huertas. Advirtieron entonces que la ausencia de herramientas y la falta de experiencia previa en la realización de huerta junto con las condiciones climáticas adversas, sobretodo en otoño-invierno, se constituían en determinantes objetivos para el escaso desarrollo de producción hortícola a escala familiar que había en la ciudad. En virtud de estas dificultades observadas por los actores intervinientes se crean en Tandil los Centros de Promoción de Huertas Orgánicas que apuntaban a disipar tanto las necesidades de capacitación como del déficit de herramientas. A partir de las definiciones de los actores involucrados, la Red financió la adquisición de herramientas proponiendo un sistema de préstamo que garantizara el acceso en forma colectiva promoviendo el intercambio y la apertura de las organizaciones.  También se conformó una biblioteca con diversos materiales educativos que son utilizados por los pobladores de la zona en forma gratuita. La Red S-A financió la construcción de invernaderos a instituciones que se comprometieron al uso colectivo.

Como señalábamos en las primeras líneas de esta comunicación, la producción artesanal de alimentos ha sido un eje desarrollado desde distintas actividades de producción de alimentos que estimuló la Red S-A. En este sentido, el apoyo permanente a las actividades de capacitación para elaboración de alimentos realizadas desde el PRO-HUERTA, las actividades de capacitación sobre manipulación de alimentos para los responsables de los comedores colectivos a cargo de profesionales del Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Facultad de Ciencias Veterinarias UNICEN o la articulación con el proyecto de estudios sobre Alimentos Lácteos Modificados que estudiaba la producción del kéfir. 

Para finalizar, realzamos la participación no sólo de los diversos actores pertenecientes a la UNICEN, los cuales permitieron desarrollar los ejes expuestos del proyecto, sino haber alcanzado un grado de articulación territorial donde organizaciones y familias se constituyeron en sujetos que precisaron sus necesidades y definieron alternativas de acción canalizando los recursos financieros del proyecto en virtud de esas determinaciones.

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Mag. Liliana MADRID:
(Trabajadora Social) Grupo de Investigacion y Acción Social, GIyAS, Facultad de Ciencias Humanas, UNICEN.
Contacto: lilianabmadrid [at] yahoo [dot] com [dot] ar