Sociedad
7 de marzo de 2013

Embarazo en la adolescencia

Dr. Oscar Alberto BRISIOLI

El periodo adolescente puede ser la etapa mas feliz de muchas de las personas que habitamos en este mundo, pero también es una etapa de grandes cambios en los que quien lleva a cabo su experiencia puede someterse a grandes situaciones de estrés que lo marcarán durante el resto de sus vidas. Por esas circunstancias los errores o conductas no bien evaluadas, las condiciones sociales de su medio, su entorno familiar o de relación pueden determinar grandes cambios en los proyectos futuros, en su inserción social y en su modelo de vida.

La adolescencia según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es definida como la etapa de la vida en la que transcurrimos de la niñez a la vida adulta, completando el desarrollo psico físico, adquiriendo la capacidad reproductiva y consiguiendo la independencia económica.

Por esta última acotación, podemos sospechar que la franja etaria se ha modificado drásticamente con los cambios sociales pasando de prácticamente ser insignificante a hipertrofiarse notablemente en la sociedad moderna occidental. Actualmente podemos contar con adolescentes que exceden holgadamente los veinte años.

Para establecer un estándar lógico estimaremos este período entre los trece y los diecinueve años.

Los médicos obstetras, sobre todo los que nos hallamos en funciones de guardia hospitalarias, estamos muy preocupados por el notable incremento de embarazos en esta franja etaria, sobre todo por el número de partos realizados en comparación al resto de la población, llegando a cifras que oscilan entre el veinte al veinticinco por ciento de los partos realizados.

Igualmente es preocupante dado que si bien no tenemos una estadística exacta, se estima que en general llegan a parto dos tercios de los embarazos logrados por lo que las cifras de abortos deben ser elevadas también, lo que implica que algunas de estas pacientes acceden a prácticas sin asistencia medica, con los riesgos que eso origina.

Los motivos que pueden ser expuestos como causa de esta tendencia serian: el cada vez más precoz inicio de relaciones sexuales, estimándose que en este momento y generalizando, la edad promedio de inicio de relaciones sexuales se encuentra desde doce a catorce años.

Debe considerarse la constante exposición de los medios de difusión pública, radio, televisión, teatro, publicidad, etc. en donde la experiencia sexual es altamente promocionada.

Existe un notable incremento por parte de los adolescentes que recién ingresan a la franja etaria en estudio, a independizarse de su grupo familiar en su vida social tal vez precozmente.

Es notable y no debe quedar sin resaltar la precoz tendencia al consumo de alcohol y drogas de abuso. 

Debemos rápidamente incrementar los conocimientos entre los adolescentes en lo referente a sexología y educación sexual, con posterior refuerzo en la prevención de enfermedades venéreas y anticoncepción. 

Evitar la promoción de mitos y falsas premisas en lo referente a la vida sexual, enfermedades venéreas, embarazo, parto, anticoncepción y blanquear los riesgos de las prácticas abortivas.

Debe tenerse en cuenta la conducta rebelde y arrolladora de la paciente adolescente que cree que todo lo puede e incluso fabula  a veces soluciones mágicas.

También existe la posibilidad que se entienda por parte de la paciente que un embarazo puede llevarla a otro tipo de vida mejor al que tiene actualmente.

Existen embarazos que no son deseados pero se estima que una proporción del treinta al cuarenta por ciento fueron buscados. 

Es notable como las adolescentes embarazadas copian la experiencia de sus madres. Esto se basa en una gran cantidad de hijas de madres adolescentes que repiten la conducta de sus madres.

Se nota también una ausencia de objetivos a largo plazo, una planificación de un modelo de vida. Se vive al día sin importar más que lo inmediato sin medir consecuencias.

Creo también necesario destacar una alteración poco favorable de una escala de valores morales en donde lo económico y la ostentación  pesan más de lo necesario y condicionan conductas no del todo asumidas para no quedar desairados ante sus pares.

Ante la situación planteada de un embarazo en la paciente adolescente, tenemos un problema que amerita una evaluación multidisciplinaria, ya que los factores que confluyen son varios, con consecuencias de gran repercusión en todas sus esferas.

A nivel estrictamente obstétrico, el embarazo tendrá como factores de riesgo la hipertensión inducida por el embarazo que puede generar luego de las veinte semanas de gesta, preeclampsia, eclampsia, síndrome heelp, desprendimiento placentario. Esto es sumamente complejo dado que para prevención y tratamiento es un control médico cercano, pero habitualmente puede darse una ocultación o negación del embarazo que lleva directamente a la paciente a una severa situación de riesgo. La incidencia de esta complicación puede estimarse entre el diez al quince por ciento de los embarazos en sus distintas facetas.

El niño por nacer también es altamente afectado por la situación del embarazo en paciente adolescente, dado que las estadísticas arrojan una mayor morbimortalidad de los niños de madres adolescentes comparados a los nacimientos de madres de otros grupos etarios. Esta diferencia excede las complicaciones obstétricas y se relaciona por el altísimo estrés que debe superar esta paciente en su situación. Los más frecuentes cuadros de patología fetal se corresponden a restricciones de crecimiento fetal y prematuridad.

A nivel del medio social la paciente tiende a ocultar su embarazo, a veces teme ser cuestionada no siempre es respaldada por su pareja, solo en un cuarenta por ciento de los casos de embarazo adolescente tenemos un padre responsable que además es también sometido a cuestionamientos de sus pares y familiares con el consabido dicho de si esta seguro que es su hijo. En la mayoría de los casos no tiene la independencia económica de la que hablamos por lo que ha pesar de su buenas intenciones en la practica es difícil controlar y aportar lo neesario para resolver este escollo.

A nivel familiar los abuelos del niño por nacer son los primeros solicitados para colaborar y pueden darse situaciones disímiles con respaldo de la familia de la madre solamente, de las dos y ha veces por parte de la familia del padre. El tema económico pesa, La pareja no siempre puede concretarse y muchas veces terminan cada uno en su casa lo que genera conflictos y alteración de roles. 

Normalmente se abandona la instrucción escolar, es bastante alto el porcentaje de pacientes que pierden su año en la escuela y que terminan con deserción escolar. Lo mismo -.puede darse en el varón que intenta mantener su pareja e incluso generalmente puede acabar con un trabajo en negro mal remunerado.

Todo lo mencionado seguramente no se analizó en la mayoría de los encuentros sexuales que generaron un embarazo en la paciente adolescente. Tampoco es lógico que siga ocurriendo en los niveles actuales sin que se intente nada. Dentro de nuestra posibilidad la educación de los padres es el primer peldaño en como manejarse con sus hijos adolescentes. Luego se debería trabajar sobre los grupos adolescentes, pero entrando en su mundo no como una imposición. Tal vez se deberían utilizar las redes sociales, los clubes, sociedades barriales, sitios de esparcimiento, comedores  y todo lo que nos permite entrar al cotidiano adolescente, que nos permita mostrar las dificultades a la que se expone.

Ante la situación concreta de la paciente embarazada en etapa adolescente subvencionar y administrar los medios para un control lo más precoz posible con contención multidisciplinaria para un parto seguro y sin riesgo y posteriormente la subvención de medidas que permitan a las parejas jóvenes su reinserción social sin perder su instrucción y la contención y sostén a las madres si pareja que no cuenten con suficiente sostén familiar.

Ante todo lo mencionado estamos totalmente desorganizados y seguimos manejando a la adolescente  como otra embarazada común, cosa que como vemos dista mucho de la realidad.

Tratemos bajo todos los medios de considerar lo grave de esta situación, consideremos el embarazo adolescente en su real dimensión y montemos esa asistencia multidisciplinaria tan promocionada pero poco efectivizada en marcha en el menor tiempo posible por el bien de las futuras generaciones. 

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Dr. Oscar Alberto BRISIOLI:
Especialista en Ginecología y Obstetricia, docente de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud, UNICEN.   
Contacto: brisioli_00 [at] fibertel [dot] com [dot] ar