Ciencia | Sociedad
26 de abril de 2012

El proyecto PRH en la UNICEN: Experiencia de un docente-investigador

Dr. Elías TODOROVICH

En los artículos técnicos y científicos normalmente se restringe el uso del lenguaje: no debe usarse la “primera persona”. En este artículo divulgativo me veo casi forzado a usar la primera persona porque se trata de un testimonio personal.  Ese testimonio gira en torno a los programas que vienen impulsándose en Argentina desde hace varios años para la recuperación de científicos y profesionales destacados desde el exterior. Aunque en menor medida, hay que notar otra vertiente importante de estos programas que fue la relocalización de docentes e investigadores dentro del país. Esto último claramente apunta a la descentralización y federalización de la ciencia y la tecnología, lo cual constituye en sí un tema muy interesante para un artículo, otro artículo quizás.

En mi caso particular, participo de un proyecto PRH (Programa de Recursos Humanos) de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dependiente de la SECyT (Secretaría de Ciencia y Tecnología) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la República Argentina. Muchas veces se confunde PRH con el Programa Raíces (también dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), por una de las acciones del mismo. La acción de referencia es “Subsidios de Retorno”, que a veces se articula con otras acciones que incluyen proyectos de investigación, por ejemplo. 

El PRH ha financiado proyectos muy ambiciosos a nivel de universidades enteras para radicar investigadores argentinos en el exterior o relocalizar investigadores dentro del país y fortalecer las así llamadas áreas de vacancia. El PRH está concebido pensando no solamente en el investigador y su puesto de trabajo a nivel laboral, sino en dotarlo de los medios para poder realizar investigación competitiva y transferencia de tecnología del mayor nivel posible. En ese sentido el programa contempla partidas para equipamiento y la presentación de proyectos PICT de estos investigadores  para desarrollar por un periodo de tres años. Ahora, ¿qué sentido tendría adquirir el equipamiento necesario sin contar con las personas para operar y usar este equipamiento en toda su capacidad? El programa también contempla becas doctorales para graduados que van a trabajar tutorizados por los investigadores radicados en Argentina.

Muy acertadamente se dijo sobre la “fuga de cerebros”, que con los medios de comunicación actuales, la misma puede darse pero con “el cuerpo” en el país de origen.  Esta reflexión puede servir de ejemplo para cambiar el modo de pensar de hace unas décadas atrás, cuando no se tenía Internet, con sus poderosas herramientas de comunicación y cooperación, a la hora de evaluar las causas y consecuencias de la movilidad de científicos en todo el mundo. En esa época pasada “la fuga de cerebros” podía pensarse como una clara muestra del fracaso nacional, una tragedia. Si el profesional formado emigraba se había despilfarrado una parte de los dineros públicos invertidos en educación superior. Se asumía que el profesional prácticamente no volvía más. Con la nueva óptica en el contexto tecnológico actual, se puede pensar muy diferentemente acerca de la movilidad de los investigadores jóvenes. Puede pensarse como un “representante” de un grupo local, que si bien es contratado y va a prestar servicio en el exterior, también puede construir vínculos de cooperación y desarrollo con su centro de origen; puede fomentar la participación de otros investigadores locales en proyectos internacionales; puede realizar acciones de transferencia de tecnología en Argentina; puede organizar cursos sobre temas significativos; y puede participar en actividades de formación de postgrado en Argentina.  En este último contexto, un programa como Raíces o PRH, facilita la reinserción de un investigador ya formado con experiencia en un contexto diferente, para que pueda desarrollar su actividad plenamente en su entorno nacional. Esa reinserción puede hacerse para aprovechar toda esa experiencia adquirida y con plenas capacidades para la cooperación internacional, prestando el servicio de docencia de grado y postgrado, e investigación en el ámbito nacional. En nuestro caso, en Argentina.

Después de 9 años en España, habiendo completado un doctorado en Ingeniería Informática y Telecomunicaciones, y habiendo trabajado en la Universidad Autónoma de Madrid, sin haber interrumpido el vínculo con los colegas en Argentina,  participando en redes temáticas, proyectos de investigación y transferencia de tecnología, y cursos en varias universidades argentinas, regresé en octubre de 2009 con el PRH “Desarrollo sustentable y Atención de la salud”, Sub-proyecto “Sistemas Digitales”, de la UNICEN, logrado gracias al trabajo arduo de los responsables de la institución desde el año 2007.

Las diferentes acciones del programa Raíces y los proyectos PRH están en sintonía con este contexto mundial dinámico, cooperativo y global de la investigación. Por ejemplo otras acciones del programa Raíces son proyectos PICT, el programa “Dr. Cesar Milstein” para la vinculación de científicos argentinos en el exterior con grupos locales, financiación para la formación de redes temáticas con la participación de científicos argentinos en el exterior y en el país, etc. Hay muchos investigadores y profesionales argentinos en el exterior que si bien no pueden sumarse a proyectos de radicación de este tipo por su situación personal y familiar, siempre están dispuestos a participar y colaborar en proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), con un profundo sentimiento de gratitud hacia la nación argentina por la oportunidad de formación superior que les ha brindado. Un dato significativo es que en el 2008 el Programa RAICES fue declarado política de Estado por la Ley Nº 26.421.

Finalmente, podría dedicar una extensa parte del artículo para contar las dificultades operativas, problemas administrativos, de coordinación, de información, etc., en este tipo de experiencia de vida en “primera persona”. No obstante, una acción a nivel nacional tan compleja no puede ser perfecta desde el principio, pero sí se puede ir perfeccionando en las sucesivas convocatorias y seguramente las dificultades van a ser cada vez menores. Más aún, lo más importante de todo esto es que se está sembrando una semilla más de un árbol rico y frondoso, que crece lentamente, y que si bien demora, en su día da frutos generosamente: es la educación en todos los niveles, y en el nivel superior, la educación especializada de postgrado, la investigación para el desarrollo, y la innovación productiva.

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Dr. Elías TODOROVICH:
Instituto de Investigación en Tecnología Informática Avanzada (INTIA), Departamento de Computación y Sistemas, Facultad de Ciencias Exactas, UNICEN.
Contacto: etodorov [at] exa [dot] unicen [dot] edu [dot] ar