Educación | Historia
29 de mayo de 2014

El Instituto Universitario de Tandil, de la fundación hacia la nacionalización (1964-1974)

Msc. María Cecilia DI MARCO

En base a la investigación de los procesos fundacionales y de gobierno y gestión de las universidades nacionales, y tomando como caso a la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), la autora sostiene  que  en la ciudad de Tandil la instalación de estudios universitarios, es una iniciativa que impulsó, desde mediados de la década de 1950, un grupo de esta localidad con intereses culturales la mayoría de sus integrantes poseían formación “normalista” y estaban dedicados a la docencia, a la literatura, a la militancia política, a profesiones liberales como el derecho, entre ellos Juan Carlos Pugliese y Osvaldo Zarini. Esta iniciativa logró concretarse con la creación del Instituto Universitario de Tandil en el año 1964. En una primera etapa tuvo como objetivo básico la formación docente, las cátedras eran de carácter humanístico cubiertas por profesores de la ciudad y algunos catedráticos de las Universidades arraigadas como Buenos Aires y La Plata, sustentando de este modo una demanda que basada en la aplicación de encuestas realizadas por la Comisión Promotora de Estudios Superiores en Tandil con posible jerarquía universitaria, da cuenta en el año 1963 que esa formación fue la que esta localidad y la zona requirieron, demanda que Zarini sintetizó en las siguientes declaraciones:“(...) los profesores capacitados específicamente son una necesidad no sólo local, sino regional. Los profesores que egresan de las universidades actuales no vienen al interior. Por eso es que tenemos que crearlas aquí (...)”. (Declaraciones del Dr. Zarini en Nueva Era, ed. 18 de mayo de 1964).

Este proyecto puso en marcha una institución de educación superior con carácter privado pero imbuido de “espíritu público”, el análisis realizado permite señalar que no fue un interés lucrativo el que movilizó a Zarini y sus colaboradores a embargarse en un emprendimiento de estas características, la implementación de mecanismos financieros que apuntaron esencialmente a solventar los gastos de docencia y funcionamiento, y el bajo importe de las cuotas que aportaron los alumnos, junto a una red que se solidarizó en búsqueda de socios voluntarios para disminuir el mencionado aporte. Son indicadores de que el espíritu que sostuvo esta institución bregó por un proceso de apertura de nuevas posibilidades ideológicas, sociales, profesionales y académicas; pues aunque privada se ajustó con mayor sentido social a las situaciones laborales o sociales de los estudiantes.

Este grupo encontró para favorecer sus planes el marco que le ofreció la legislación nacional universitaria a través de la Ley 14.557, sancionada en 1958, -instrumento legal que posibilitó la existencia en el país de universidades privadas- el factor propicio para cumplir su principal objetivo el de instalar estudios universitarios en la localidad. No requirieron autorización previa para empezar a funcionar. Pero a partir del articulado de la mencionada Ley pudieron conformar una Fundación, elegir libremente sus autoridades y regular sus actividades académicas, financieras y administrativas a través de un Estatuto.

En junio de 1966, se inició la etapa de la “Revolución Argentina”, y con ella las instituciones universitarias perdían su autonomía. Durante el gobierno del Gral. Onganía, estas instituciones que producto de algunas iniciativas privadas habían empezado a funcionar sin previo reconocimiento oficial, tuvieron que legalizar su funcionamiento a partir de la sanción de la Ley 17.604 del año 1967, modificatoria y ampliatoria de la ley 14.557. En esa situación se encontró el Instituto Universitario de Tandil, para seguir funcionando el estado le impuso la necesidad de reconocimiento oficial. Sus planes de estudio debieron ser aprobados por el Poder Ejecutivo quién estableció los requisitos mínimos para que estas instituciones pudieran expedir títulos académicos; también fijó que no les sería reconocida explícitamente ninguna forma posible de subsidio de organismo público alguno. Esto no evitó que algunos alumnos ante la situación de crisis legal claudicaran y emigraran hacia otras ciudades a estudiar. Sin embargo, las gestiones realizadas por los gestores fundacionales posibilitaron el reconocimiento oficial provisorio y el permiso para utilizar la denominación Universidad de Tandil.

A finales del gobierno de Onganía, comenzaron a perfilarse las circunstancias por las cuales el proyecto universitario argentino se orientó hacia una tentativa de modernización. El acontecimiento clave de esta parte de la historia de la Universidad de Tandil, fue la compra de un edificio acorde a las necesidades académicas y administrativas, que su diversificada oferta y matrícula en aumento, requirieron. En 1971 poseía cuatro Facultades a saber: de Ciencias del Hombre, Ciencias Económicas, Ciencias Físico- Matemáticas y Ciencias Veterinarias con sus respectivas carreras según orden de aparición de: Profesorados en Ciencias de la Educación (orientaciones Filosofía, Psicología y Sociología) en Historia y Geografía; Maestra y Profesora de Jardín de Infantes, Asistente Social y Asistente en Psicopedagogía; Licenciado en Administración de Empresas y Contador Público; Licenciado en Ciencias Físico –Matemáticas, Profesor Superior en Matemática y Física; Bachiller Universitario en Ingeniería, Auxiliar Universitario en Ingeniería, Licenciado en Sanidad Animal. Y un total de 496 alumnos.

Con una visión intelectual correcta, Zarini logró, por primera vez por parte del Estado nacional apoyo financiero y político para esta institución universitaria local. Señal que este proyecto tenía futuro. La compra del edificio y la muestra de los primeros egresados, significó acercar en forma gradual a los sectores políticos y sociales de la comunidad que no habían confiado en el proyecto fundacional.

La lucha por el poder en Argentina después del gobierno de Onganía y del corto período encabezado por Levinsgton, derivó durante el gobierno militar presidido por Lanusse, ante la irrupción popular y de la guerrilla a partir del Cordobazo, en políticas tendientes a concretar alianzas con personalidades locales del interior del país para tender un puente hacia una salida democrática, pero en la cual el régimen quería sostener su continuidad. El mecanismo más importante por un lado, para lograr estas alianzas, fue el proceso de creación por Ley de 16 universidades nacionales en localidades del interior y por otro para tender a generar instituciones universitarias que se convertirían en polos de desarrollo y de descongestión de las grandes universidades. Proceso que modificó la estructura del sistema nacional de educación superior y su evolución.

Las elecciones de marzo de 1973 marcaron el triunfo de Cámpora y el regreso al poder del Gral. Perón, coyuntura particular en la cual se exasperaron algunos de los problemas que venían obstaculizando el desarrollo económico y la gobernabilidad del país desde largo tiempo atrás. Y que se destacó por una notable radicalización de amplios sectores de la sociedad, sectores entre los cuales se encontraron las universidades las cuales atravesaron un proceso creciente de politización y conflictividad. Al tiempo que desde los lineamientos político- educativos se alentó un proceso de creación de universidades nacionales en el interior del país, impulsando a ser nacionalizadas universidades privadas o provinciales preexistentes, fruto de un proyecto local.

La Universidad de Tandil acreditó en un accidente el día 18 de enero de 1973, la pérdida del líder, como un acontecimiento que potenció su crítica situación.

Sin embargo, una serie de factores encaminaron el proceso institucional de la Universidad de Tandil hacia la nacionalización: las organizaciones estudiantiles habían logrado instalar en el centro del debate la cuestión de la nacionalización, haciendo de ella su reivindicación fundamental. La política implementada a partir de la designación del nuevo rector- contactado por el staff de colaboradores de Zarini- que pese a que había sido convocado para gestionar una universidad privada terminó, dada la situación que se vivía, gestionando su incorporación al ámbito público. Y la intervención de la dirigencia política local en un tema que debido a su significación, había trascendido los claustros universitarios. (Pastor, N.  (1999) Aportes para una historia de la UNCPBA, UNCPBA, Tandil, pp. 33-34)

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Msc. María Cecilia DI MARCO:
Licenciada y Profesora en  Ciencias de la Educación. Magister en Educación con mención en Ciencias Sociales. Doctoranda en Educación. Núcleo de Estudios Educacionales y Sociales (NEES), Facultad de Ciencias Humanas, UNICEN.
Contacto: cdimarco [at] fch [dot] unicen [dot] edu [dot] ar