Ecología
3 de junio de 2011

El cambio climático, origen y consecuencias

Ing. Agr., M.Sc. Miguel NAVARRO DUYMOVICH

Todos nosotros tenemos noticias, ya sea por experiencia personal de observación o través de los medios de comunicación, de que el clima actual, no es el mismo que el de hace solo 40 años atrás. ¿Qué ha sucedido para que esto ocurra, es este cambio algo inédito en la historia de la Tierra? ¿Qué consecuencias nos trajo y cuáles nos traerá si sigue produciéndose  esta modificación del clima? Trataremos de aclarar someramente algunos aspectos de estos interrogantes.

¿Cuándo afirmamos que se ha producido un cambio climático en nuestro planeta?

Lo aseveramos solo cuando una o más variables climáticas (radiación solar, temperatura, lluvias, humedad atmosférica, viento) toman valores por encima o por debajo de los promedios históricos de las mismas. Este fenómeno viene manifestándose en el mundo desde la década del 70 y se acentuó a partir de 1990. Esta modificación del clima es una consecuencia directa de un calentamiento global del sistema climático. La temperatura media del aire se ha incrementado en los últimos 130 años en 0.6°C en promedio, para todo el planeta (1) (3)

La siguiente pregunta, que nos hacemos es,  ¿a qué se debe este súbito aumento de la temperatura global del planeta, en la variación de las precipitaciones (cantidad e intensidad), en la dirección de los vientos y en la humedad atmosférica? Aunque hay opiniones diferentes, la mayoría de las investigaciones señalan como responsable del cambio climático, a un aumento de la temperatura de la atmósfera; las demás alteraciones en las variables meteorológicas, lo son como una consecuencia del calentamiento global, por lo tanto veremos qué proceso fue el responsable de este desequilibrio energético. La temperatura del aire no es nada más que un índice de la cantidad de calor que almacena la atmósfera como consecuencia de un balance de energía entre la superficie del planeta, la radiación solar incidente y la energía almacenada en la masa atmosférica. La forma más sencilla de entender el problema es comprender las alteraciones en el balance. Toda la energía que entra al sistema Tierra-atmósfera proviene del sol, la superficie del planeta absorbe la radiación de onda corta (altamente energética) y la remite como radiación de onda larga (de baja carga energética pero absorbida en un 100% por los elementos del sistema climático) hacia las profundidades de la superficie y hacia la atmosfera. En la masa de gases existen algunos componentes, llamados gases de efecto invernadero (GEI) que aumentan su carga energética e impiden que gran parte de esa energía se escape de la atmósfera terrestre, hacia el espacio exterior (sin estos gases la temperatura media del planeta sería 33°C menor, y la vida sería imposible en el planeta), y esta es la clave del problema, este balance se vio alterado lentamente desde el comienzo de la Revolución Industrial (fines del siglo XVII) con la emisión constante de bióxido de carbono, aumentando así el contenido de GEI en la atmósfera del planeta. Cuantos más gases de efecto invernadero existan en la atmósfera, mayor será la temperatura del planeta. (2) (3)

Aun cuando sólo existe una pequeña cantidad de gases de la atmósfera de la Tierra que son gases invernadero, estos gases tienen un gran efecto sobre el clima.

Existen varios diferentes tipos de gases invernadero. Los más importantes son: dióxido de carbono, vapor de agua, metano y óxido nitroso. Todos estos gases tienen moléculas con dos o más átomos. Estos átomos se mantienen unidos con suficiente espacio entre sí para poder vibrar cuando absorben calor. Eventualmente, la molécula que vibra liberará radiación. La radiación será posiblemente absorbida por otra molécula de gas invernadero. A este proceso, responsable de mantener calor cerca de la superficie de la Tierra, se le conoce como efecto invernadero.

Casi todos los gases restantes en la atmósfera de la Tierra son: nitrógeno y oxígeno. Los dos átomos de estas moléculas están estrechamente unidos y no son capaces de vibrar, de manera que no absorben calor y no contribuyen con el efecto invernadero.

El incremento constante de CO2 desde el siglo XVII por la quema de combustible fósil y especialmente con el auge industrial luego de finalizada la segunda guerra mundial. Se sumaron también un rápido incremento de otros GEI (metano y óxido nitroso entre otros).  La emisión de metano se vio incrementada desde los campos de arroz y en menor medida desde la fermentación entérica de grandes rumiantes (bovinos) y del óxido nitroso proveniente principalmente de la descomposición de fertilizantes usados en la agricultura. Todos estos fenómenos debemos entenderlos como una consecuencia de la mayor demanda de alimentos por parte de una población que crece a altas tasas anuales en el mundo.

En este momento la concentración atmosférica de dióxido de carbono sobrepasa las 393 ppm, es decir, casi un 40% más de la existente antes de la revolución industrial. Esta cantidad de CO2 es la más alta en los últimos 650000 años. (1)

Los investigadores estiman que la concentración de dióxido de carbono, puede triplicarse, la de metano aumentar cinco veces la actual y la concentración de óxido nitroso, duplicarse. Estos pronósticos, de cumplirse, harían que la atmósfera terrestre tuviera una composición inédita en los últimos 50 millones de años.(1) Las consecuencias en el mundo biótico y abiótico serían, simplemente catastróficas.

En el concierto mundial de naciones, fueron los 20 países más desarrollados los responsables primarios del incremento del CO2. La Argentina no ha aportado ni aporta una cantidad apreciable de  gases de efecto invernadero (GEI). En el caso del metano, a pesar de las 50 millones de cabezas de ganado, y de ser puntualizada como una fuente importante de producción de este gas, hay que considerar  que toda Sudamérica aporta nada más que el 5% del metano del mundo, y Argentina solo es responsable del 17% de ese mínimo 5% continental. (4) (5) Por lo anterior, nuestro país no es causante del calentamiento global y su consecuente cambio climático, pero si es uno de los países que más sufre y sufrirá este cambio en el sistema climático. Como consecuencia de eso, nuestras preocupaciones deben estar enfocadas a las estrategias de adaptación y mitigación del impacto de estos cambios sobre nuestro territorio, juntamente con un monitoreo constante del sistema climático a nivel regional y local, dada la heterogeneidad de las respuestas al cambios climático que tienen los distintos ecosistemas y agroecosistemas que componen nuestro territorio.

Consecuencias: este incremento de la temperatura del aire, no es uniforme en todo el planeta, se da con mayores proporciones en las regiones polares contribuyendo al derretimiento de hielos del ártico y del polo sur. Otra consecuencia muy visible es el retroceso de los glaciares y la disminución de las lluvias en la zona de la cordillera andina, lo que trae aparejado menor agua de deshielo, y problemas para el riego en esas regiones y también para la generación de energía hidroeléctrica.

¿Qué sucederá en nuestra región de influencia? Las investigaciones que viene desarrollando el Centro Regional de Agrometeorología de la Facultad de Agronomía de la UNICEN, han detectado un incremento de 1°C desde 1930 hasta la fecha, con un inicio muy bien delimitado en la década del 70 (6). También hemos demostrado que la variabilidad de las temperaturas no se incrementó a nivel de medias anuales, por lo que estos cambios no se deben a fluctuaciones del balance energético y que se han producido para quedarse en el largo plazo. Se han podido registrar un incremento del 20% en las precipitaciones en relación a la media histórica y lo que es más importante una respuesta diferencial al cambio climático en las localidades de nuestra región que son monitoreadas constantemente desde 1992. Esto nos advierte de la necesidad de proseguir estudiando estos cambios locales y regionales para poder ofrecer al medio, no solo advertencias, si no estrategias para enfrentar exitosamente estos cambios, que cada vez se harán más visibles.

Tengamos en cuenta que en otras partes del mundo, ya se viene un incremento notable (en frecuencia e intensidad) de las inundaciones y sequías inéditas. Todos hemos visto, y leído sobre la intensidad de los huracanes y tifones, de la fuerza inusitada del fenómeno de El Niño y de La Niña, en el océano Pacífico influyendo en la meteorología de todo el planeta.

Todos estos cambios, pueden monitorearse, advertirse y si tenemos apoyo en nuestros proyectos de investigación sobre las mediciones precisas del sistema atmósfera-suelo, podremos plantear soluciones tecnológicas para mitigar o aprovechar estos cambios en bien de la sociedad de nuestra región.

Notas:

(1) Barros V. 2004 El Cambio Climático Global. Libros El Zorzal.
(2) http://www.cambioclimaticoglobal.com/introduc.html
(3) http://www.ecn.ac.uk/Education/climate_change.htm#What has already happened?
(4) Informe INTA Pergamino 2011.
(5) http://www2.ine.gob.mx/publicaciones/libros/437/arvizu.html
(6) Navarro, Aguas, Vilatte y Confalone 2011 Efecto del calentamiento global sobre la temperatura media anual del aire, en el centro de la Provicia de Buenos Aires. TERCER CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO Y DESARROLLO SUSTENTABLE. UNLP.

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Ing. Agr., M.Sc. Miguel NAVARRO DUYMOVICH :
Grupo de Agrometeorología. Facultad de Agronomía.
Contacto: mnavarro [at] faa [dot] unicen [dot] edu [dot] ar