Economía | Sociedad
27 de marzo de 2014

Aporte de los apicultores al desarrollo de la Agricultura Familiar

Ing. Agr. Enrique BEDASCARRASBURE

El concepto de desarrollo ha evolucionado desde la visión economicista del siglo pasado hacia el enfoque de “desarrollo a escala humana”, (1) íntimamente relacionado al “desarrollo endógeno” (2) y donde la Agricultura Familiar (AF) encuentra un rol protagónico. Últimamente y durante este año en particular, han de proliferar las cifras que demuestran lo anterior en sus múltiples dimensiones; pero los resultados obtenidos no parecen suficientes para garantizar el desarrollo sustentable del sector. Hemos aprendido que (si bien indispensable) no es suficiente la competitividad de las cadenas de valor y se requiere  la sinergia entre los actores del territorio para la creación de entornos innovadores.(3) En ultima instancia probablemente se trata de “construir cultura” en las organizaciones y los territorios para que el desarrollo equitativo y sustentable “emerja” como construcción colectiva.   

Los apicultores pueden dar cuenta del potencial de la AF organizada desde un enfoque territorial y adecuadamente vinculada a los mercados; integrando cadenas de valor competitivas, transparentes e innovadoras. (4) Efectivamente se trata de un sector conformado casi exclusivamente por pequeños productores que no solo han logrado liderar el mercado mundial de miel de calidad, sino que además han desarrollado un modelo de articulación publico/privada en el marco del Programa Nacional Apícola (PROAPI) que ha sido considerado por el Fondo Tecnológico Agropecuario (FONTAGRO) como el caso de innovación para la AF más exitoso de Latinoamérica y el Caribe (LAC). (5)

La estrategia implementada por el sector se originó en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNICEN en 1996 trabajando en estrecha relación con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación (actual Ministerio), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Se sustenta en modelos asociativos capaces de innovar de manera participativa para insertarse adecuadamente en el mercado. La columna vertebral de la estructura de apoyo es una red de más de 200 técnicos territoriales conformada mediante la articulación con el Programa Federal de Desarrollo Rural y capacitada desde la FCV – UNICEN. Esta red de “agentes de desarrollo” actúa como cadena de transmisión entre el grupo de I&D y los modelos asociativos de pequeños productores para impulsar “un modo colectivo de innovar”. (6)

Entre los resultados más destacados puede mencionarse el desarrollo y la adopción de un sendero tecnológico sin la utilización de antibióticos, con gestión de la calidad y trazabilidad desde el apiario que en Argentina permitió la mortandad de colmenas, aumentando el rendimiento y permitiendo incrementar los ingresos por colmena un 31,8% con solo un 2% de incremento en los gastos. Lo anterior significó un punto de inflexión en la evolución de la apicultura argentina que logró desplazar del mercado de miel de calidad a sus principales competidores, principalmente China. El impacto del Proyecto en República Dominicana fue aún mayor, con un incremento de la producción del 277% y la integración de la cadena de valor local y la exportación de miel y reinas a partir de genética propia. Desde el punto de vista ambiental el principal resultado surge de la mitigación del síndrome de desaparición de colmenas y la reducción en el uso de quimioterapéuticos de síntesis. Al que en el caso de República Dominicana se suman acciones para la recuperación del bosque nativo y  aportes al aprovechamiento sustentable del mismo. (7)

Si bien se cuenta con resultados mensurables en todo el país con mas de 400 grupos y vinculación con alrededor de 15.000 apicultores, el presente artículo pretende hacer foco en el caso del Cluster Apícola de la Cuenca del Salado, estrechamente vinculado desde sus orígenes con la UNICEN.

El Cluster Apícola de la Cuenca del Salado, inspirado en el anterior del NOA/Centro, tuvo su origen en un grupo Profam (destinado a los productores más vulnerables de la AF) que evolucionó hacia la Cooperativa Apícola de Rauch. Actualmente  integra a 180 apicultores de 20 partidos, organizados en 13 grupos, cuatro cooperativas y una asociación. Participan del mismo 17 instituciones educativas, 8 municipios, el gobierno de la provincia y dos universidades; que le confieren un nivel de organización “meso regional” adecuadamente inserto en el contexto multiescalar. La gobernanza se sustenta en la organización territorial de los grupos, que se integran en un Directorio presidido por los propios apicultores. En la temporada 2012/13 ha producido 720.000 Kg. de miel con una facturación superior a los 20 millones de pesos. 

Si bien articulan con un equipo de investigación interinstitucional capaz de aportar los conocimientos requeridos para sortear los desafíos tecnológicos emergentes de la competencia global; el sendero tecnológico utilizado por todos los integrantes del cluster es producto del proceso de innovación en los territorios con la activa participación de los propios apicultores.

En su nuevo plan estratégico, los apicultores que integran el cluster han puesto foco en el sistema de autogestión de la calidad, concentrando el esfuerzo en las salas de extracción comunitarias y la capacitación de los operarios. Se proponen ampliar la cobertura territorial, mejorar la comercialización, incursionar en el desarrollo de productos de alto valor agregado y por sobre todas las cosas, perfeccionar la institucionalidad que asegure la sustentabilidad de la organización.

Entre los nuevos desafíos el PROAPI, apalancado por los resultados obtenidos en Argentina y el trabajo conjunto con la Cancillería Argentina (a través del FOAR) en República Dominicana; apunta a construir una plataforma que permita expandir la experiencia desarrollada desde el INTA/UNICEN/UNMDP a Latinoamérica y el Caribe (LAC) con apoyo del FOAR, UNASUR (para el trabajo en Haití) y FONTAGRO (para trabajar en República Dominicana, Costa Rica y Uruguay).

La experiencia muestra con impactos concretos y mensurables, el inmenso potencial de los apicultores organizados para transformar la realidad de la AF y ajustar metodología extrapolable a otras cadenas de valor. El desafío radica en lograr las alianzas necesarias para capitalizar la experiencia y canalizarla hacia la construcción de una plataforma capaz de optimizar los recursos disponibles a nivel de LAC sin perder de vista el enfoque territorial.

Notas:

1. Max-neef, M.; Elizalde, A. y Hopenhayn, M.1986.- Desarrollo a escala humana, en Development diaolgue, número especial, Fundación Dag Hammarskjold, Uppsala, Suecia.

2. Boisier, S. 2002.- ¿Y si el desarrollo fuese una emergencia sistémica?, mimeo, Santiago de Chile.

3. Alburquerque, F. 2008.- Innovación, transferencia de conocimientos y desarrollo económico territorial: una política pendiente. Arbor; 2008, 184(732): 687-700.

4. Bedascarrasbure, E.; Catullo, J.; Caporgno, J y Figini, E. 2010.- Un modelo de articulación cadena/territorio. La experiencia del trabajo conjunto PNADT /PROAPI en el INTA. In Anales del 1º Congreso Latinoamericano y Europeo en co-innovación de sistemas sostenibles de sustento rural.

5, 6 y 7.  Bedascarrasbure, E.L.; Rivas, S.; Figini, E. Palacio, A.; Caporgno, J.; Rodriguez, S.; Canals, M. e Iciar Pavez. 2013.- Un modo colectivo de innovar: el caso apícola en Argentina y República Dominicana.  Primer Premio “Concurso de casos exitosos de innovaciones para la agricultura familiar (FONTAGRO, IICA, BID). In: Innovaciones de impacto. Lecciones de la agricultura familiar en América y el Caribe. Cap. 6 ;64-76. Ed.  IICA.

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Ing. Agr. Enrique BEDASCARRASBURE:
Ingeniero Agrónomo.  MSc. Profesor Titular Facultad de Ciencias Veterinarias, UNICEN. A partir de Abril Director Nacional Asistente de Innovación del INTA.  
Contacto: elbedas [at] gmail [dot] com