Jueves 1 de diciembre de 2011

Uno de los autores de los paradigmas en vigencia de las Ciencias de la Tierra

Uno de los autores de los paradigmas  en vigencia de las Ciencias de la Tierra

  “Yo también juego a la pelota; pero en lugar de con una de 8 centímetros, como la del tenis, lo hago con una de unos 12.500 kilómetros que es nuestro planeta”. De ocurrente personalidad, ideal para completar el resultado de un encuentro científico que tiene en su faz social una también feliz ocasión de intercambio de ideas, el doctor quilmeño de 70 años de edad Juan Francisco Vilas sintetizó así su metier con la Física.

   “Lo hago desde el `64 en la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en la porteña manzana llamada de las luces, cuando el físico escocés Creer, el ingeniero aeronáutico argentino Daniel Valencio y yo, un físico descarriado, empezamos a montar el Paleomagnetismo – información guardada en las rocas en el pasado campo magnético terrestre -- una disciplina que recién daba los primeros pasos”.

     En ese dato pionero estribó el bien ganado Premio a la Trayectoria que, en el cierre de la reciente Segunda Reunión Bienal que ofreciera en Tandil el Instituto Arroyo Seco de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional del Centro, le entregara la Asociación Latinoamericana de Paleomagnetismo y Geomagnetismo.

     “Entonces no había Internet, de manera que tenías que diseñar y fabricar la experiencia física para poder encontrar la información que realmente guardan las rocas. En realidad, era la mejor forma de aprender. En ese sentido tuve la suerte de tomar el tren de la ciencia de la Tierra en el primer vagón de primera clase, porque ese acontecimiento cambió el paradigma de esa ciencia; fue como si en Física hubieran ubicado la teoría unificada de campos que buscan desde hace tantos años”.

      “De esa forma – continuó – en las ciencias de la Tierra se unificaron los conocimientos de la Sismología, Geología, Paleontología y otras disciplinas en la teoría global de la Tectónica de Placas. De ese nacimiento a comienzos de la década de los años `60 , los tres mencionados fuimos los pioneros”.

OPOSICIÓN DE LOS FIJISTAS

    Por supuesto, como en todo cambio de paradigmas de disciplinas intelectuales aparecieron duras resistencias en científicos. “Tengo de ese tiempo miles de anécdotas de críticas adversas. Resultó que los fijistas, como llamábamos a los partidarios de los comprensibles grandes movimientos verticales de la Tierra para explicar las formaciones de sierras y cordilleras montañosas, no aceptaban que los que dominaban el planeta eran los desplazamientos horizontales. Que América estaba unida a Africa consideraban que era una cuestión de fantasía, de algún científico alocado”.

 “Y finalmente, la teoría de la Tectónica Global comprobó que los continentes se desplazaban horizontalmente miles de kilómetros, propagando el fondo de los océanos. Y esa idea fue aceptada universalmente en las carreras de Geología para fines de los años `70, comenzando a entenderse mejor cómo funcionan los terremotos y las manifestaciones volcánicas”.

PROYECTO MANTO SUPERIOR

     Recordó Vilas la culminación del proyecto de 10 años, llamado del Manto Superior y su perforación, que se presentara en 1970 organizado por el citado trío en el Teatro San Martín de Buenos Aires y que contara con la asistencia de toda la comunidad mundial de geólogos y geofísicos fijistas, algunos de ellos soviéticos próceres, que “discutieron a muerte la teoría de la propagación del fondo de los océanos y la de los grandes movimientos horizontales de la Tierra”.

   “Intentaron – memoró – que la ciencia siguiera por el mismo camino, postura que fue perdiendo fuerza y diera nacimiento al proyecto de Geodinámica que durante 10 años ayudara a resolver interesantes paradojas planteadas que la teoría Tectónica Global no podía vencer. Después, sí encontró la Física las explicaciones necesarias a fines de los años `80”.

CADA VEZ MÁS LEJOS DE AFRICA

      En ese momento “se armó el proyecto de la Litósfera actualmente en funcionamiento, es decir el dedicado a la parte más externa del globo terrestre con un espesor de unos 50 kilómetros. Entendimos entonces cómo funciona toda esta suerte de piel de la Tierra y cómo lo hace nuestro planeta con todas sus actividades que nos dan vida”.

     “Nos seguimos separando de Africa a razón de 3 centímetros por año – aseguró, porque la placa Pacífico se sigue metiendo debajo de nuestro continente sudamericano con una velocidad del orden de los 7 centímetros por año, produciendo todos los desaguisados que estamos acostumbrados a ver en toda la zona cordillerana, es decir la comprensión de este fenómeno que viene teniendo la Tierra casi desde su nacimiento hace 4 mil millones de años”.

      Uno, inevitablemente, se pregunta quién mueve esa máquina. “Se trata de una máquina calórica causada por la fenomenal ventaja de poseer determinado tipo de materiales radioactivos que crean calor produciendo, en buena medida, la conversión de las energía térmica en energía mecánica que mueve continentes y origina terremotos. Por suerte nuestro planeta está vivo”, reflexionó Vilas.

         Al menos a estos fenómenos no los puede corromper ni frenar el hombre. “Absolutamente imposible. Nosotros estamos acá de paso, sería un acto de soberbia pensar lo contrario. Creo que esto responde a nuestra pregunta ontológica del ser “por qué estamos acá”. Imaginemos que la vida del planeta, de 4 mil y pico de millones de años, es la torre Eiffel; si le agregamos la vida del homo sapiens sólo le pondríamos a esa altura una fina moneda. Esa es nuestra existencia de la que tenemos que tomar conciencia”, enfatizó el prestigioso científico de conocida relación con la Unicen.