Martes 22 de noviembre de 2011

Un investigador al que la Historia acaricia

Hernán Otero, primer Premio de la Academia Nacional       

Un investigador al que la Historia acaricia

         Cuando el talento y la vocación se unen las puertas del conocimiento se abren de par en par. Si encima se los ejercita desde la primera hora mediante el estudio y la investigación enjundiosos nada es imposible en el mundo del academicismo.

          Este es el caso del tandilense Hernán Otero, de 49 años de edad, historiador nacido de los claustros de la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro donde ejerce la docencia; doctorado en la Sorbonne Nouvelle de París, con estadías post-doctorales también en Francia e investigador principal del Conicet de nuestro país, por citar lo más saliente de su colosal currículum vitae.

         De acuerdo con lo consignado oportunamente, en estos días acaba de recibir de la Academia Nacional de la Historia mediante una relevante sesión pública en la Capital Federal, más precisamente en el antiguo recinto del Congreso Nacional, el Primer Premio Obras Editas 2007 – 2009 por su obra titulada “Estadística y Nación. Una historia conceptual del pensamiento censal de la Argentina moderna. 1869 – 1914”.  

          “El libro me llevó unos 10 años de trabajo, junto con otros proyectos de investigación”, resumió Hernán. “La idea es tratar de ver la estadística pública, es decir hecha por el Estado, como un reflejo de su propia capacidad para intervenir sobre la sociedad y también de las demandas de ésta a lo largo del tiempo”.

     “Lo que hice fue agarrar el período de fundación de la estadística pública desde la segunda mitad del siglo IXX hasta 1930, tramo en el que se hacen los tres primeros censos nacionales de población y ver todo el conjunto de debates, políticos, científicos, ideológicos y otros, que hay detrás de la estadística pública”.

      “Lo que más me interesó es ver qué categorías y qué conceptos se vuelcan en los censos poblacionales”, precisó. “Partí de la base que cada uno de ellos parte de una historia propia. Por ejemplo, en el siglo IXX Francia midió el desempleo e Inglaterra no. El problema existía en los dos lados, pero la posibilidad de pensar el tema existió en Francia y no en Inglaterra”.

     Añadió el investigador a su labor argentina cómo se midieron las migraciones, el acceso a la propiedad, las poblaciones negras, indígenas y toda una serie de categorías cuyas evoluciones fue estudiando.

     “También vi cómo los estadísticos, personajes todos interesantes, estaban vinculados con otras tradiciones estadísticas en el mundo que iba combinando de manera original”.

      La idea más de fondo de la obra apuntó a que “la estadística puede y debe ser vista, además de los números, como un relato histórico sobre la construcción de la nación en cualquier país. Una forma de escribir la historia nacional, pero contada en números”. Entiende Hernán que esos primeros censistas “fueron los primeros en hacer ciencia social positiva en Argentina”.

 

LOS NUBARRONES POLITICOS

 

      Incluye el trabajo la relación entre la estadística y la política. “En todos los países y con ellos en el nuestro ha habido, y hay, una relación compleja entre gobiernos y estadística, por caso lo que sucedió en épocas de Martínez de Hoz y sucede lamentablemente con nuestro INDEC desde el 2007”. Se trata de “un uso a través de retoques que va mucho más allá de los estándares normales. Hay casos famosos en la Unión Soviética, en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y el caso argentino, que es muy notorio”.

  “Según la Constitución Nacional los censos deben hacerse cada 10 años, pero mirando la segunda mitad del siglo IXX y el XX hay censos en 1869, 1895, 1914 y 1947, quiere decir de una manera muy irregular y con mucho intervalo entre sí”.

   “¿Por qué fue así? Porque las provincias del interior con mucho menos población veían que las del litoral aumentaban sus poblaciones por migración y con ellas su cantidad de diputados. Entonces el Senado, que estaba constituido por las del interior, impedía que se hicieran los censos para evitar dicho aumento”.

   “Esas intervenciones de la política en la estadística son como si uno, en lugar de medir la fiebre del hijo con el termómetro convencional construyera uno que le dijera que no tiene fiebre, aún sabiendo que la tiene”, ejemplificó.

  

LA VOZ INTIMA

 

         La ceremonia de entrega del premio al investigador tandilense estuvo vestida de singular solemnidad, con la asistencia de la elite nacional de la historiografía. “¿Qué sentí al recibir el diploma y enseguida agradecer? Muchas cosas. Por empezar, una base de orgullo importante. Recuerdo que en el `88 gané el premio también de la Academia al mejor promedio que no pude recibir por estar en Francia, hubiera sido una alegría que lo recibiera mi padre que era carpintero”.

      Acusó además, en dosis mayúscula, “la alegría de poder estar en un lugar que es una consagración y sobre todo porque es un premio externo a los ámbitos que nosotros frecuentamos. La Academia tiene su propia historia y sólo en los últimos tiempos está más vinculada al mundo de las universidades. Entonces, este es un premio externo a uno. Es un reconocimiento importante para este tipo de trabajo que es solitario, individual y vinculado con la sociología. Fue un placer para mí proponer un tema nuevo y que haya sido visto como valioso y positivo”.

    Por el contrario, no conforma al distinguido la consideración universitaria por lo alcanzado. “Es curioso. Las universidades argentinas son estructuras muy complejas, con muchas dimensiones y a veces la dimensión más propiamente científica pasa bastante desapercibida en aras de otros intereses, también legítimos pero que no son del todo científicos”.

 

El PORQUE ESTA VOCACIÓN

 

     Esta suerte de radiografía somera del metier de Hernán tiene a la Historia, claro, en un sitial privilegiado. “Pensaba estudiar periodismo pero no pude hacerlo por distintas circunstancias, registrando entonces una crisis vocacional. Aunque les digo a los jóvenes que no se sientan mal si les pasa lo mismo, porque es absolutamente legítimo estar en duda ya que en menos de seis meses no siempre se puede decidir lo que uno va a hacer toda la vida”.

   “Luego empecé Abogacía y al no gustarme me metí en Historia y dentro de ella me especialicé en temas de población, interactuando con la Demografía y la Sociología. Mi objetivo es seguir con la Historia”, acentuó con cierta energía quien continúa dedicado a temas poco abordados, trazando así, con la singular limpieza de su estilo, los primeros surcos de un todavía largo camino a recorrer.

   

INCURSIONES POLÍTICAS

 

     Hernán fue fundador del Centro de Estudiantes de la facultad de Humanas, en plena dictadura, hasta que en el `87 se fue a Francia, tiempo en el que militara en el Partido Intransigente “hasta que Alende se fuera con Menem”.

    De regreso al país tuvo intervenciones más ocasionales; fue candidato a Decano y apoyó candidaturas universitarias que no ganaron. “Después no volví a tener acciones políticas partidarias. No me tentaron con cargos porque no di señal alguna para serlo”.

   “Interpreto que mi lógica académica está muy ligada a la política, pero la mía requiere tener libertad de criterio para poder decir sí y no a cada una de las cosas por separado”.

 

PRIMERO DOCENCIA E INVESTIGACION

 

   “¿Qué política debe inculcarse en la Universidad? En general, la Universidad ha tenido en los últimos tiempos cosas muy interesantes, pero en los países como el nuestro la Universidad termina desempeñando muchas más cosas y funciones que las que son específicas a su función original”.

   “Eso hace que a veces se desatienda lo central, que es la docencia y la investigación y con ellas la producción de conocimientos nuevos. A veces esas dos cosas quedan sepultadas por otro tipo de demandas cruzadas que pasan por la Universidad. No digo que no tenga que hacerse cargo de éstas, pero debe atenderlas sin olvidar los temas centrales que son su función. Estos son su prioridad, no la arena política”.

 

VENIDERA PUBLICACIÓN

 

         Reivindicador del sistema cuatripartito de gobierno universitario argentino, como el de la Unicen, y convencido de una progresiva caída del peso específico del docente en el sistema en general, Hernán acaba de escribir en su escritorio del Instituto de Estudios Históricos y Sociales (IEHS), calle Pinto al 300, el primer tomo, especialmente encargado, de la colección de seis titulada “Historia de la provincia de Buenos Aires” que será presentará en breve.

     De visión pulcra y decir lúcido, el investigador tiene en su compañera Miriam Casco y su hija Amparo Isabel Lucinda el íntimo depósito final de las caricias que la Historia le prodiga cual vástago dilecto.

  Y a esos mimos se suma la vital satisfacción que parte de su Universidad y la región de influencia, amén de un Tandil que tiene, en la exitosa carrera profesional del hijo del aquel carpintero de la avenida Santamarina, una razón más para recordar que no en vano la Universidad nació de su pueblo.

      Feliz, la Historia tiene y seguirá teniendo a Hernán. Y con él, a su talento y vocación.