Wednesday 6 de July de 2011

Un académico que “tiene cabeza matemática”

Un académico que “tiene cabeza matemática”

El capítulo más sabroso de esta extensa historia con la ciencia es el último y nació hace un año, cuando el prestigioso matemático nacional e internacional Alvaro González Villalobos, académico titular de la Academia Nacional de las Ciencias, le comunicara por teléfono al doctor Manuel Aguirre Téllez, decano de la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad del Centro, que en sesión especial éste había sido propuesto para integrarla, debiendo hacer conocer su aceptación y enviar el currículum.

Pleno de curiosidad, Manuel -- por su llana forma de ser no precisa apellido para ser identificado en la comunidad universitaria – averiguó que su comunicador es hijo de Alberto González Domínguez, un personaje que desarrollara fuertemente la Matemática en nuestro país.

Tal personalidad paterna agitó la memoria de Manuel. “Cuando en el ´76 terminé mi licenciatura lo conocí, ofreciéndome una beca para estudiar el Doctorado, cosa que en Nicaragua, mi país de origen, no podía hacer por no existir esa posibilidad”.

“Al volver de Nicaragua, decidido a especializarme a fondo, facilitó mi ingreso, becado, en el Instituto Argentino de Matemática. Luego, en abril del `79, me traslado a Tandil, consigo trabajo, y viajo periódicamente a Buenos Aires para seguir los cursos del doctorado”.

“Lamentablemente, González Domínguez muere en el ´81, de manera que debí seguir haciendo la tesis con su discípula preferida, doctora Susana Trioni.”.

Al referirle toda esta relación con su padre al ocasional proponente, éste caracterizó la personalidad pesquisante de Manuel con un dicho inolvidable, atribuido al padre fallecido: -- “Ese hombre tiene cabeza matemática”. Enseguida gestionó para ubicarlo, analizó su trayectoria científica con 102 publicaciones internacionales, hizo consultas y, por cierto, decidió proponerlo en calidad de miembro académico.

Pero lo importante en estos casos no es sólo lo académico, sino los impactos sociales registrados por Manuel, mediante la docencia en distintos renglones educativos, la creación en el Campus del Núcleo Consolidado de Matemática Pura y Aplicada, su gestión como decano sin descuidar la investigación, amén de lo hecho en Nicaragua, donde creó la maestría, fundó la Sociedad Matemática Nicaragüense, recibió diversas distinciones universitarias y una escuela de su pueblo, El Rosario, se llama en su homenaje en vida “Doctor Manuel Aguirre”.

Así modelado el caso y aceptada la propuesta siguió, en diciembre, la comunicación oficial de la Academia sobre la designación, la que de inmediato tuvo el respaldo del Consejo Superior de la Unicen.

Al fin, como es sabido, el 29 de junio último Manuel recibe en la Capital Federal de manos del propio González Villalobos, quien formulara su presentación, la medalla que lo acredita miembro Académico Correspondiente del elevado organismo, caso “sin antecedentes en la historia científica de nuestra Universidad”, según el propio matemático distinguido.

CONFERENCIA PLENARIA

En el mismo acto el flamante Académico expuso el tema Acerca de los productos de distribuciones y el cuadrado de la delta de Dirac. “¿De qué se trató? Consiste, visto con simpleza, en que si vos tenés un número y otro número, al multiplicarlo, te dá un número o cualquier otra cosa, razonamiento basado en la teoría de Shwar, en 1954, quien opinó que la multiplicación de dos distribuciones en forma arbitraria no es posible, porque no existe una multiplicación de ese tipo compatible con las operaciones que se conocen”.

El auditorio elogió con cálidos aplausos la originalidad de esa postura matemática adaptada, cuyo concepto y resultado “tuve la suerte de que fuera publicado en 2009 en Bulgaria, llamándome a la Facultad el editor de una revista especializada para felicitarme por la forma sencilla en que la técnica llega al resultado. A su vez, me comunicó que vendrá a Tandil con otros colegas a estudiar mis trabajos. Una gran satisfacción que conservo junto a otras tantas de mi carrera”.

REPUNTE DE LA MATERIA

“¿Si la Matemática, tras el relegamiento de décadas atrás, ha recuperado posiciones en la educación nacional? Hoy está reconocida ampliamente en todas las áreas del conocimiento”, enfatiza.

“No sólo cumple un rol esencial para desarrollar el pensamiento lógico, sino para ayudar a interpretar las cosas. Eso sí, el docente tiene que tener muy en cuenta las motivaciones, tratando que se pierda esa antigua y miedosa noción de que es muy difícil”.

Múltiples compromisos advirtieron por celular a Manuel que requerían su asistencia. La charla tuvo que concluir con cosas todavía en el tintero. Quedó, perfumando el ambiente, aquella caracterización “ese hombre tiene cabeza matemática”. Sí, González Domínguez tuvo razón.

Apariencia engañosa

Manuel Antonio Aguirre Téllez es nicaragüense, nacionalizado argentino, tiene 63 años, muchos conocidos y no le teme a la soledad cuando cierra el arduo trabajo cotidiano. Sin embargo bien ha sabido compartir lazos familiares y podría decirse que tampoco está del todo solo.

Tiene dos hijos del primer matrimonio contraído en Argentina. “Uno, de 34, economista, está en Buenos Aires, da clases en la Universidad Di Tella, está casado y estoy a punto de ser abuelo; el otro, de 29, estudia un doctorado de matemática en España mediante una beca Erasmus de la Unicen”.

“De mi segundo matrimonio con una chica de Nicaragua – completó el académico – tengo una nena de 8 años que se llama Ernestina, igual que mi mamá. Acaba de ganar un premio nacional de literatura con un cuento”.

El porqué de la soledad actual exhibe una explicación llamativa, aunque razonable. “El frío de Tandil no permitió que ésta compañera, caribeña igual que yo, pudiera soportar seguir viviendo acá. Tuvimos que convenir su regreso; además, venir seguido ella o ir yo cuesta demasiado. En fin, aunque a la distancia, seguimos juntos”.

Foto:

El doctor Aguirre Téllez (izq.) recibe del académico presidente doctor Hugo Bauzá la medalla que lo distingue como Académico Correspondiente de la Academia Nacional de las Ciencias de Buenos Aires.