Se abrió un camino hacia el consenso: La UNICEN trató el conflicto en la Facultad de Arte

En sesión de carácter ordinario mantenida hoy en el Aula Magna durante largas horas el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Centro consideró, entre temas de rutina, el conflicto que mantienen los claustros de la facultad de Arte y en el que se sucedieran su toma pacífica de parte de un sector del estudiantado y la imposibilidad de que funcione el Consejo Académico.
Tras informes de últimas gestiones capitalinas y próximos pasos académicos suministrados por el rector Roberto Tassara y decanos, en ese orden, los consejeros superiores se dedicaron a oídas las disímiles posturas de los problemas registrados, en su mayoría de índole política.
Una vez atendidas todas las voces sectoriales, inclusive numerosos dichos pronunciados desde el auditorio que rodeó la sesión, el Consejo asumió, por unanimidad, una posición conciliadora tendiente a la búsqueda de una solución final.
En tal sentido, el Rector entendió al término de las deliberaciones que había “quedado claro en este debate largo y una vez escuchadas distintas posiciones acerca del conflicto que el bien mayor a cuidar es la institucionalidad de la facultad de Arte”.
Sobre ese particular aspecto resumió el contador Tassara la decisión de los consejeros superiores de “apoyar que se reúna el Consejo Académico, con el gesto del Consejo Superior de conformar una comisión de cinco veedores para tratar de ayudar a que dicha reunión sea posible”.
Detalló el Rector que en “tres oportunidades se había visto imposibilitado de sesionar el Consejo de esa Facultad porque no se había permitido ingresar a los consejeros”.
La citada decisión institucional del organismo Superior tiene en claro, a su vez, que “no puede inmiscuirse en las decisiones que tiene que tomar un cuerpo que tiene vida propia en ese sentido, que es la autonomía para decidir, más allá que las decisiones gusten o no gusten el sistema democrático de la Universidad se resuelve en el Consejo Académico, cuando hay desacuerdo entre las partes, por mayoría”.
A su vez, los consejeros superiores definieron, siempre por absoluta unanimidad, “un repudio general a cualquier acto de intimidación o violencia exacerbada para con cualquiera de los claustros”.