Tuesday 18 de May de 2010

Reflexiones por el día mundial de la diversidad biológica

El 22 de mayo de cada año se celebra a nivel mundial el día de la diversidad biológica. Además, la Organización de las Naciones Unidas ha declarado al 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad.
En términos generales, este concepto hace referencia a la variedad de especies, de ecosistemas y a la variabilidad genética. Se trata fundamentalmente de la variedad de la vida. Es un tema de estudio a la vez apasionante y complejo. Pero... ¿por qué debería importarnos la biodiversidad?
Para responder a esta pregunta primero debemos pensar en qué es lo que conocemos sobre ella. La ciencia ha descrito aproximadamente 1.700.000 especies, y se estima que la cantidad de especies aún no descubierta es aún mayor: entre 5 y 30 millones. Sabemos también que existe una gran diversidad de ecosistemas, ecotonos (zonas de transición entre los ecosistemas), hábitats y nichos ecológicos (el rol que cumple cada especie). Además de esto, los estudios sobre genética avanzan día a día, y nos permiten conocer que existe variabilidad dentro de todas las especies, la que les permite adaptarse y evolucionar junto a su medio físico y otros seres vivos.
Entonces, ¿en qué estado se encuentra la biodiversidad? La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza estima que de las especies que han evaluado, el 30% de los anfibios, el 31% de los reptiles, el 21% de los mamíferos, el 12% de las aves, el 37% de los peces, el 41% de los invertebrados y el 70% de las plantas se encuentran amenazados de extinción. Sabemos también que se están modificando en distintos grados los hábitats naturales de todo el mundo, tanto de manera directa como indirecta. Estos hechos no están aislados del problema de la pérdida de biodiversidad. El consenso en la comunidad científica parece ser contundente: la conservación de los hábitats naturales es esencial para la conservación de las especies. Y tiene sentido, si pensamos que los seres vivos necesitan un lugar donde refugiarse, buscar alimento, reproducirse y desarrollar sus actividades vitales.
Volviendo a nuestra pregunta: ¿por qué debería importarnos? Existen muchas razones. Para empezar, obtenemos bienes y servicios de la biodiversidad, como alimentos, materiales, combustibles, etc.; también obtenemos información que utilizamos para mejoras genéticas de cultivos, para producir medicamentos y para mejorar nuestra tecnología. Sabemos además que la biodiversidad cumple un rol importante en los servicios ecosistémicos entre los que se encuentran el ciclado de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, el ciclo del carbono, el ciclo del agua y la regulación de inundaciones y del clima global, regional y local, la descomposición de materiales de desecho, entre otras cosas. De la misma manera, no debemos olvidar que la naturaleza es para nosotros una fuente de inspiración y relajación, y disfrutamos estando al aire libre, saliendo del cemento de las ciudades.
Todas estas razones tienen un gran peso: nuestras vidas y todas las actividades humanas, están relacionadas en mayor o menor medida con la biodiversidad, seamos o no concientes de ello. Sería imposible vivir en un mundo donde no hubiera más que una docena de plantas y animales, necesitamos indefectiblemente de la gran diversidad biológica para nuestras vidas cotidianas. Esas razones, extremadamente sintetizadas aquí, parecen ser suficientes para contestar a nuestra pregunta y para motivarnos a conocer y hacer más. Y aún con ese listado de razones valiosísimas siempre existirá la razón que motiva a muchos de quienes trabajan en su conservación: el respeto hacia todas las formas de vida.

Autora: Lic. Virginia A. Leber
Asociación Civil de Licenciados en Diagnóstico y Gestión Ambiental (ACLDGA)
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