Thursday 26 de May de 2011

Pensar el Derecho con espíritu federal

Eduardo Víctor Lapenta, primer decano

Pensar el Derecho con espíritu federal

      En vísperas de la inauguración del edificio propio de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Centro, sede académica que funciona en la ciudad de Azul, el servicio de Prensa de esa Casa dialogó con el doctor Eduardo Víctor Lapenta, quien ocupa el cargo de Decano de la citada unidad regional de estudios.

 

--- En su triple papel de fundador de la Escuela Superior de Derecho, promotor de su desarrollo y primer decano de la flamante Facultad ¿qué conclusiones escapan de su pensamiento?

 

--- La idea de crear una Facultad de Derecho en Azul, como una derivación natural de que la ciudad es sede del departamento judicial, y cuenta  con un foro de mucho prestigio, viene desde hace mucho tiempo. Me invitaron a participar en reuniones que se realizaban en el Colegio de Escribanos, aproximadamente en el año 1985.

    Pero en 1997 se encauzó como una posibilidad concreta a partir de un convenio celebrado por la Asociación de Abogados de Azul, cuya presidencia ejercía el doctor Luis Armando Miralles, y la UNICEN que tenía como Rector al profesor Carlos Nicolini, para dictar carreras de posgrado en la ciudad de Azul. Me convocaron, entre otras causas, porque recientemente había finalizado una Maestría.

    A partir de allí todo se desenvolvió con mucha rapidez. Iniciamos el primer posgrado en 1998, y ya para 1999 se había instalado la carrera de Abogacía en convenio entre la Universidad Nacional de Rosario y la UNICEN. Gestionamos un fondo de educación superior en la Municipalidad de Azul para financiar el proyecto, que tuvo el apoyo de los Intendentes, en las sucesivas gestiones, y del Concejo Deliberante.

   A mí me correspondió una tarea de ejecución, tanto en el plano de los proyectos cuanto en la realidad de armar equipos de abogados con vocación académica, contactar profesores y conducir el proceso de enseñanza en el grado y en el posgrado. Equipos que son hoy quienes llevan adelante la enseñanza, luego de haberse formado y concursado en las distintas áreas disciplinares, y que también ejercen la gestión de la Facultad.

   Pero en lo académico el increíble apoyo de nuestros maestros de Rosario, el doctor Miguel Angel Ciuro Caldani, Doctor honoris causa por la UNICEN, la doctora Noemi Nicolau, entre muchos, muchos otros que nos han ayudado a comprender el sentido y las funciones de la Universidad, particularmente en las ciencias jurídicas.

   Desde luego, también hemos tenido una gran colaboración en las autoridades de la UNICEN, también de la Facultad de Ciencias Humanas en el período en que pertenecimos a ella. Esa vinculación no estuvo exenta de crisis, algunas de cierta entidad, que finalmente obedecían a los rechazos esperables en el proceso de incorporación, distintas visiones, distintas metodologías, incomprensiones mutuas, etcétera.

    En una retrospectiva, podría decir que tuve aciertos en la convocatoria y elección de los colaboradores, muchos de ellos destacadísimos profesores en la actualidad, que aseguran la continuidad de la Facultad en el futuro.

 

 

--- Desde aquel punto de partida ¿podía imaginar esta realidad?

 

--- El crecimiento desde aquel inicio, hasta la actual Facultad de Derecho, ha sido sorprendente, suelen decir quiénes nos conocen desde entonces. Ya tenemos más de 85 egresados como abogados. Hemos iniciado una nueva carrera, la Tecnicatura en Gestión Jurídica, en el año 2009.

     Pero usualmente estoy más ensimismado en trabajar por lo que creo que nos falta crecer, que en repasar logros u objetivos alcanzados. Trato de lograr una visión compartida de nuestro horizonte mediato.

También tengo una agenda de nuevos objetivos a lograr, que procuro transferir en pequeñas dosis al resto de la gestión, porque las metas demasiado elevadas pueden tener un efecto inverso, paralizante.

Soy muy crítico, fundamentalmente conmigo mismo, de lo que creo que son objetivos incumplidos o lo que debiéramos hacer mejor.

 

 

---- ¿Qué  preceptos guían su delicada misión conductora?

 

--- Desde el inicio procuramos un proyecto de calidad, porque la carrera de abogacía sufre un especial desprestigio con las extensiones áulicas que se suelen instalar en localidades del interior, que el Rector Nicolini describió como “enseñaderos”, que emiten títulos de abogado.

   Nuestra especial inserción en el Colegio y Asociación de Abogados, nos comprometía, al mismo tiempo, a una enseñanza de calidad en el grado, y a atender la educación continua de los graduados.

   Para ello hicimos grandes esfuerzos en formar una planta docente propia. En 2007 se concursaron más del 70% de los cargos docentes de la carrera de Abogacía, y tuvimos la satisfacción de que obtuvieran sus cargos de profesores regulares aquellos que comenzaron desde el inicio en la formación docente.

   Nos esforzamos en insertarnos en la creación de saber, fomentando la investigación jurídica. La Revista Jurídica denominada Cartapacio de Derecho, que se inició en 2001 y lleva 19 números editados, muestra la tenacidad con que lo hemos impulsado. Podríamos considerar que existe una moderada consolidación de la Facultad de Derecho.

   En ese contexto, estimo que el desafío actual se inscribe en “Pensar el Derecho desde la Región”.

El centralismo en Argentina, que reduce las oportunidades en el interior del país y de la provincia, tiene una faceta jurídica que abordar. Las soluciones que provee el derecho no son necesariamente iguales, ni sirve que lo sean.

Hay que considerar las particularidades de nuestra región, y para ello hace falta conocer la realidad jurídica, incluso el perfil jurídico de nuestras personas. Hace falta hacer estudios, proyectar normas e incidir sobre la jurisprudencia.

No es igual la realidad de un trabajador en el conurbano, que uno en la ciudad de Azul. Y lo propio ocurre con el empresario, con el comerciante, con el jubilado o con el delincuente. Todas etiquetas jurídicas que tienen distinto significado en distintos contextos regionales, temporales y personales, y debiera considerarse soluciones diversas.

De este modo podríamos aprovechar las diferencias en una mejora de la calidad de vida y desarrollo humano en la región.