Martes 15 de mayo de 2012

Investigaciones en Ingeniería para alargar la vida de los alimentos

Investigaciones en Ingeniería para alargar la vida de los alimentos

La fruta podrá tener un protector natural que va a retrasar su descomposición o poder controlar su maduración. Una nueva harina será apta para celíacos. Los postres y salsas podrán contar con nuevas consistencias, y los embutidos con envoltura biodegradable. Habrá medicamentos y perfumes inteligentes. La minería, la industria textil, y hasta la petrolífera, trabajarán con nuevos materiales. Una alternativa para que todo esto sea posible es a partir de la semilla de chía.

Este diminuto grano, olvidado por casi quinientos años, promete instalarse como una materia prima del futuro, por los beneficios naturales de sus componentes y las soluciones técnicas de sus derivados.

Un grupo de investigadores la Facultad de Ingeniería de la Unicén hace más de cinco años que estudian las propiedades de la chía (aceite, harina, componentes bioactivos), y entre otros desarrollos, lograron obtener una delgadísima película natural para proteger los alimentos.

Las investigaciones están concentradas en el grupo de Tecnología de Semillas y Alimentos (TECSE) del Departamento de Ingeniería Química. Su directora, Susana Nolasco, admitió que se trata de un nuevo producto con múltiples ventajas industriales, si bien las pruebas, formulaciones y estudios de propiedades, se realizan hasta el momento a escala de laboratorio.

Se trata de un film biodegradable, una película que se adhiere o cubre a los alimentos y los protege, alargando su vida útil. Su propósito es el de inhibir o reducir la migración de humedad, oxígeno, dióxido de carbono, aromas, pigmentos. Este recubrimiento es comestible, sin olor ni sabor, y puede servir como vehículo para aditivos alimentarios como antioxidantes o antimicrobianos. Además, como es biodegradable, no perjudica el medio ambiente. Con este desarrollo, el TECSE está en sintonía con los retos tecnológicos mundiales sobre la producción de alimentos y su conservación con calidad estable.

La ingeniera Nolasco señaló además que este tipo de films pueden ser premoldeados y utilizarse, por ejemplo, para reemplazar la envoltura plástica de embutidos, para empaquetar galletitas y otros panificados, para sustituir los separadores plásticos de hamburguesas u otros alimentos, y hasta para confeccionar envases. E insistió en que esta capa “es comestible y biodegradable”. Todo esto es posible a partir del mucílago de chía, una sustancia gomosa que los investigadores de Ingeniería lograron manipular con nuevas técnicas. Lo novedoso, es que no hay antecedentes de la utilización de mucílago de chía para estos procesos.