Wednesday 18 de January de 2012

Hace hoy 39 años moría el fundador de la Universidad

Hace hoy 39 años moría el fundador de la Universidad

El escalofrío helaba la sangre. Desde la piel llegaba al espíritu tandilense con la dureza de un golpe de gracia. De una sentencia incontrastable. El 18 de enero de 1973 en un accidente de tránsito rutero sucedido en plena gestión educativa, cuando revestía rango ministerial, fallecía a los 51 años de edad Osvaldo Marcelino Zarini, el maestro fundador de los estudios universitarios en Tandil y la región, punto de partida de la actual Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

El pueblo entero y la región quedaban atónitos. Ya no tendrían consigo al iluminado hijo que alguna vez había dicho, desde su limpieza ideológica y desinterés lucrativo, que “Tandil no tendría una Universidad para enorgullecerse artificialmente con su nombre, sino que debería tener una enseñanza realmente universitaria para ser digna de comenzar a poseer una Universidad”.

Y agregara “nosotros abrimos las puertas de una modesta realización con la esperanza de que los continuadores extenderán el surco y conformarán la huella, ensanchándola, para que transiten por ella las futuras generaciones”.

Toda la responsabilidad del ideal hacedor quedaba, entonces, sobre las mujeres y hombres formados al lado del maestro. Aquellos que también apretaran los timbres domiciliarios para convencer a la ciudadanía que el pueblo podía ambicionar una Universidad. Que nada es imposible cuando existe el deseo encendido de lograrlo

Y la entonces Universidad de Tandil, popular y regional, continuó el camino señalado tras la luz de la antorcha zariniana. Había que seguir. Era necesario impregnar de más fuerzas a su comunidad incipiente para no ceder en el camino formador de intelectos y conciencias.

El golpe de la ausencia quedaba así asimilado y el ejemplo cundía en cada vez mayor cantidad de profesores, estudiantes y administrativos. Todos juntos, espalda contra espalda, superaban tropiezos y trazaban nuevos sueños.

La incontenible marcha alcanzaba la nacionalización y con ella el salto en dirección a un horizonte siempre renovado, siempre esperanzado.

Hoy, ya no sólo Tandil sino la región entera es el escenario formador de profesionales dispuestos al compromiso de volcar sus conocimientos a la sociedad que sostiene sus formaciones, con un consecuente reconocimiento nacional y una pujanza que cada vez atraviesa más fronteras.

La misión nacida de Zarini y trazada en su sueño es incontenible y será permanente en manos de sus herederos. Sin descuidar aquellos principios. Sin olvidar al fundador. Entibiando siempre, con su recuerdo, la sangre que aquel nefasto día se helara.

Carlos Iparraguirre (Prensa Unicen)