Thursday 11 de March de 2010

Futuros ingenieros de la Universidad se capacitan para construir estructuras sismorresistentes

Futuros ingenieros de la Universidad se capacitan para construir estructuras sismorresistentes

Los futuros ingenieros civiles de la Facultad de Ingeniería de la Unicen se preparan para construir estructuras resistentes a distintos fenómenos, entre ellos los sismos. Es que deben poder desempeñarse en este contexto globalizado, en cualquier otro punto del país y del mundo, inclusive donde la posibilidad de movimientos telúricos es mucho más elevada.
La directora del Departamento de Ingeniería Civil, María Haydeé Peralta, explicó que la reglamentación actual para nuestra zona no exige el diseño de estructuras sismorresistentes, pero sí deben tener capacidad para soportar la acción del viento. Un terremoto, el viento, las maquinarias, vehículos que ruedan, son todas acciones dinámicas que se deben tener en cuenta en el diseño de una estructura. Justamente, los nuevos conceptos de diseño sísmico de un edificio pueden significar una oportunidad entre la vida y la muerte.
Lejos del epicentro sísmico pero donde sus efectos originaron preocupación, en la Facultad de Ingeniería que tiene su sede en Olavarría ya capitalizan el fenómeno ocurrido en Chile para ajustar la formación de los estudiantes de ingeniería civil. Son tristes ejemplos que sirven para multiplicar el conocimiento sobre dinámica estructural, conceptos de diseño, capacidad de respuesta de los materiales, entre otros.
En la zonificación sísmica argentina, Olavarría está dentro de la Zona Cero de acuerdo al reglamento vigente del Instituto Nacional de Previsión Sísmica (INPRES), y el Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para las Obras Civiles (CIRSOC). Aquí el riesgo de ocurrencia de un terremoto es muy reducido y no hay registros de antecedentes de ello. Aún sin experiencias cercanas,

Colapsos predecibles

Las ingenieras María Peralta y Norma Ercoli (en la foto), profesoras del Área de Estructuras de la carrera de Ingeniería Civil de la Facultad, coinciden en que a partir de las imágenes del terremoto chileno se puede advertir que muchos de los edificios están fuera de servicio, pero no colapsados totalmente, y esto está relacionado con los modernos criterios de diseño de las estructuras. Teniendo en cuenta la magnitud del sismo y la cantidad de víctimas fatales, es posible inferir que los edificios se comportaron a favor de los residentes, permitiendo a muchas personas escapar por huecos en la mampostería.
La ingeniera Peralta sostiene que “se puede manejar con el diseño la forma de la rotura. Se puede buscar una forma de acuerdo a una respuesta esperada. Ante un colapso, es posible saber de antemano dónde se va a romper un edificio, entonces se diseña para que eso ocurra”. Por ejemplo, aportó la ingeniera Ercoli, “es posible armar una estructura para que falle en la conexión entre la viga y la columna, y no en la propia columna, lo cual provocaría un colapso total. Los criterios de diseño de estructuras realizadas en hormigón armado persiguen otorgarle ductilidad al hormigón que es un material naturalmente frágil. Si el colapso hace que la estructura no termine de caer al piso, hay más posibilidades de sobrevivir”, explicó. En definitiva, “el diseño de estructuras apunta a proteger la mayor cantidad posible de vidas humanas, y los derrumbes programados apuntan a eso”, remarcó Peralta.
Las investigaciones y la aplicación de los conocimientos sobre dinámica estructural han permitido enormes avances en este desafío de los ingenieros para lograr construir estructuras seguras frente a estos fenómenos de la naturaleza, pensadas para salvar vidas humanas.
Hoy es posible, mediante software adecuado, predecir cómo se va a comportar una estructura ante una acción dinámica definida. Son métodos no destructivos que miden parámetros y evalúan respuestas, y permiten ajustar los diseños. Actualmente, para casos de edificios que deben soportar grandes acciones dinámicas, no se busca una mayor rigidez, sino que tengan la capacidad para resistir deformaciones sin romperse. “Hay que compatibilizar flexibilidad con respuesta”, aporta la ingeniera Peralta.

Repensar el uso de las estructuras

Aún cuando no se registraron daños en esta región, la ingeniera Peralta admitió que se debe estar atento a estos fenómenos. Por un lado “para revisar si estamos en una zona totalmente segura, porque si cambia la magnitud de fenómenos extremos, habría que revisar la reglamentación” sobre diseño de estructuras.
“En la última década se ha avanzado mucho en las investigaciones sobre la acción dinámica en estructuras, con trabajos conjuntos entre universidades, centros de investigación y colegios de profesionales. Aún con el conocimiento actual, no se puede solucionar todo”, admitió la directora del Departamento de Ingeniería Civil. “Hay que estar preparados para cuando ocurran este tipo de fenómenos y evitar la mayor cantidad de muertes”, subrayó.
Asimismo, aunque no se trate de terremotos, la ingeniera Peralta remarcó que es necesario repensar el uso que se les da a las estructuras. Es que existen casos de estructuras que han cambiado el destino, o se les ha modificado una parte sin los controles adecuados, lo cual las torna potencialmente peligrosas, sobre todo por el rango de vibraciones al que están excitadas.
Ambas docentes señalan que en la formación actual del Ingeniero Civil en nuestro medio se incorporan los conceptos relacionados con la dinámica estructural y el diseño de estructuras sismorresistentes, lo cual es posible dada la permanente capacitación y actualización en estas temáticas. Destacaron, para finalizar, que “hay que darle la oportunidad al profesional para que intervenga en estas cuestiones, antes de tener que lamentar episodios totalmente previsibles”.