Estudiantes de Salud promueven el derecho al ocio en pacientes oncológicos
Se desarrolló “La cultura y el ocio, derechos postergados en la enfermedad oncológica”, una Actividad Estudiantil de Extensión impulsada por estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNICEN. La propuesta tuvo lugar en el Centro de Día del Hospital Provincial de Oncología “Luciano Fortabat”, en Olavarría, donde pacientes, familias y personal de salud participan cotidianamente de espacios de acompañamiento y tratamiento.
A lo largo de ocho encuentros, el equipo extensionista llevó adelante actividades recreativas, juegos, dinámicas grupales y talleres de prevención, con el objetivo de abrir espacios de distensión y encuentro en un ámbito marcado por la enfermedad, los tratamientos y las rutinas hospitalarias. Además, se impulsó la producción colectiva de podcasts, un dispositivo que permitió recuperar voces, miradas y experiencias tanto de pacientes actuales como de personas que atravesaron la enfermedad y continúan participando del Centro de Día.
En estos espacios de conversación, las y los participantes compartieron relatos sobre el proceso de tratamiento, los vínculos que se construyen en el Centro, las redes de apoyo y los desafíos emocionales que acompañan el tránsito de la enfermedad. Actualmente, el equipo se encuentra en la etapa de edición del material sonoro, que se convertirá en una pieza comunicacional destinada a sensibilizar, visibilizar y poner en valor estas experiencias.
“Fue una experiencia muy enriquecedora: no sólo nos divertimos durante todo el proceso, sino que también crecimos un montón a nivel personal y como equipo. Nos permitió entender lo que es vivir esta enfermedad desde otros puntos de vista… Pusimos la enfermedad entre paréntesis, sin olvidarla, abriendo espacio tanto a la alegría como a momentos de reflexión importantes”, compartió Jazmín Fernández, referente del equipo estudiantil.
El proyecto reafirma una de las claves de la extensión universitaria: acompañar, escuchar y construir bienestar en comunidad, integrando saberes académicos con prácticas sensibles y situadas. En un espacio donde la enfermedad estructura buena parte de la vida cotidiana, la presencia estudiantil abrió horizontes de juego, creatividad y diálogo, fortaleciendo el cuidado mutuo y la construcción colectiva.

