Viernes 10 de noviembre de 2017
Tandil

Emotivo acto por la declaración del Rectorado como patrimonio histórico

Emotivo acto por la declaración del Rectorado como patrimonio histórico
Emotivo acto por la declaración del Rectorado como patrimonio histórico
Emotivo acto por la declaración del Rectorado como patrimonio histórico
 
Se llevó a cabo el acto oficial en el que se descubrió una placa recordatoria con la declaración del edificio de la esquina de Pinto y Chacabuco como Bien de Interés Histórico Nacional.
 
El rector de la Universidad Nacional del Centro, Cr. Roberto Tassara, fue quien encabezó el emotivo y representativo acto, secundado por el Vicerrector Doctor Marcelo Aba, y el Secretario de Relaciones Institucionales, Magister José María Araya.
 
Participaron además secretarios de la gestión de Rectorado, decanos de Facultades, docentes, graduados, estudiantes y nodocentes de la institución, y representantes de otras entidades como el Municipio de Tandil.
 
Cabe recordar que la declaración se logró a través de la Ley 27.298, sancionada por el Congreso Nacional en octubre del año pasado al conmemorarse 100 años de la construcción del edificio, que desde 1971 ocupa la casa de altos estudios.
 
Araya, aseguró que “la historia, lo que nos permite es recuperar los procesos más trascendentes que ha vivido toda sociedad y toda comunidad. Procesos que influyen sobre el presente  y que también identifican a esas comunidades. En palabras de un historiador diría que la historia nos permite conocernos a nosotros mismos" y conocernos a nosotros mismos  es conocer la historia de esta Universidad y de este edificio”.
 
“Hoy estamos reconstruyendo una parte significativa de la historia y de la identidad colectiva de nuestra Universidad. Pero sería injusto si sólo mencionara ello. También creo que estamos reconstruyendo el aporte de una sociedad sobre el que edificó este proyecto que hoy es una realidad que es la Universidad nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. En ese contexto considero que debemos interpretar la Declaración como Histórico y Cultural del edificio del Rectorado”, amplió y dijo que “a partir de ello, reconocer la importancia y la necesidad de su preservación y de su puesta en valor como patrimonio de toda la comunidad”.
 
También destacó: “quiero resaltar que este edificio, que en su momento y originalmente fue sede del Instituto Universitario de Tandil desde 1971, es muy importante por su antigüedad y por su arquitectura. Pero constituye mucho más que eso, constituye el lugar en donde se forjó una gran parte de la identidad  que hace a la historia de nuestra Universidad. Hace 50 años este edificio se convirtió en una sede emblemática, la sede de nuestra Universidad. Un símbolo de la región -muy particularmente de la ciudad de Tandil- porque si hay algo  que uno nunca debe olvidar es que una de las características claves de nuestra Universidad es ser una Universidad regional que tiene sedes en tres ciudades y una subsede”.
 
Por su parte, Tassara afirmó que “está claro que detrás de la declaración del edificio como Bien Histórico a nivel nacional existe un conjunto de razones que fundamentan las  decisión de diputados y senadores nacionales. Esas razones esconden razones afectivas que quienes integramos la comunidad de la Universidad sentimos profundamente. Más aún para quien les habla, que ha vivido la génesis emocional de la construcción de nuestra casa”.
 
Añadió que “es de toda lógica que las nuevas generaciones no puedan o les cueste valorar todas estas cuestiones. El edificio  del Rectorado es un dato dado para ellos pero quería decirles que vale la pena enterarse y tratar comprender por qué estos hitos fundacionales constituyen la esencia y la marca indeleble de nuestra Universidad. Los legisladores que han votado unánimemente la Ley 27.298 hace un año -el 8 de noviembre de 2016- percibieron algo de todo esto. Porque se hizo un gran trabajo para mostrar no sólo los hechos sino el empuje, sacrificio y esfuerzo de personas de carne y hueso detrás de la gesta encabezada por Osvaldo Zarini”.
 
Y remarcó que “que se compró un edificio es un hecho y que no había plata para pagarlo también lo es. Que Zarini hasta hipotecó su casa es un hecho, que después muchos ayudaron a levantar esa hipoteca también. Lo que no es un mero hecho es el espacio de tensión que hubo antes de comprar, para tomar la decisión de comprar. Y después, para poder pagar y ayudarlo a Osvaldo. Cuántas dudas, cuántos análisis de todo tipo, sobre todo financieros. Cuánta incertidumbre en muchos, incluso entre quienes habíamos aportado por la Universidad. Y cuánta pasión, cuánta energía de Osvaldo para convencer a propios y extraños. Cuánta convicción puesta al servicio de la educación”.
 
Tassara reflejó que “les aseguro que se percibía, se palpaba en el ambiente. Estábamos en un momento bisagra, de esos que determinan un futuro. Es que la compra del edificio, significaba -y así fue- la consolidación de la idea original hecha carne, hecha casa. Hecha paredes, pisos, techos propios, grandes y visibles, de volumen de Universidad, muy diferenciales, que significaron un salto de posicionamiento y de presentación de ante toda la sociedad y ante los poderes públicos”.