Lunes 11 de abril de 2022

Derechos Humanos: crónica de la 4ta audiencia del Juicio La Huerta

Derechos Humanos: crónica de la 4ta audiencia del Juicio La Huerta

Los alcances del terror y las buenas noticias marcaron la jornada

(Por Soledad Restivo, Radio Universidad)

Este viernes 8 de abril mezclo los sentidos del horror con las buenas noticias. Los relatos resaltaron sobremanera como los hechos asestaron dolorosamente en aquel momento- y continúan haciendo mella en el presente - sobre las víctimas y sus familias. En esta oportunidad se escucharon 5 testimonios y el tribunal anunció que para la audiencia del 6 de mayo se constituirá en Tandil.

Audiencia con buenas noticias

El Juez Luis Imas presidió la cuarta jornada del juicio al que se refirió con su número de referencia, causa “34205 y agregados”, que comprende los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro bonaerense en centros CDDyE de Tandil, Olavarría y Azul.

En la sala de audiencias (Mar del Plata), y en el aula magna de la Unicen (Tandil), se escucharon los relatos de la familia Tornatore:  Hugo, Fernando y Marcos. También declararon Eduardo Santellán y Eduardo Ferrante, vía Zoom desde la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría.

Al cierre, el tribunal informó que el próximo 5 de mayo el Tribunal se constituirá en Tandil para realizar la inspección ocular del CCDy E “La huerta”. Recordemos que se trata del campo General Mariano Necochea, situado a unos metros de la Ruta Provincial 226 camino a la Base Aérea Militar de Tandil, que estubo a cargo del Comando de la Brigada de Caballería Blindada. También confirmó, la notica más esperada por los organismos de DDHH y la comunidad de la región, que se constituirá en la ciudad para desarrollar la audiencia del 6 de mayo desde la sede del Rectorado de la Universidad del Centro. Luego paso a un cuarto intermedio hasta la próxima jornada procesal prevista para el 22 de abril desde las 10hs.

 

La profundidad de los relatos

 

El primer testimonio fue el de Hugo Tornatore quién trabajaba en la cooperativa eléctrica "CRETAL" junto a Ignacio Miguel Ruppel. Ambos fueron injustamente despedidos de la firma, e iniciaron un juicio laboral que ganaron. Tornatore aseguró que ese fue el comienzo del “calvario” y que, una vez presentada la demanda, fue llevado frente a Pappalardo (condenado en el juicio por la Causa “Carlos Moreno, 2012”) quien lo amenazó: “o retira la demanda o aténgase a las consecuencias”.

Seis meses después, con resultado favorable contra la empresa, Hugo fue secuestrado por efectivos de la policía y las fuerzas armadas. La detención se produjo mediante allanamiento en su casa, que además era su lugar de trabajo, dentro del Hogar de Ancianos San José. Pasó más de 50 días en un calabozo de la comisaría 1ra desde donde era llevado a “los cuarteles” para golpearlo y exigir que firmara una declaración sin tener la posibilidad de leerlos. Tornatore era secretario gremial del Sindicato Luz y Fuerza y lo interrogaron por sus compañeros del sindicato y sus actividades gremiales

Fernando Tornatore, hermano de Hugo, relató las implicancias de estos hechos para la familia y compartió el dolor con Hugo al hablar de como afectó sus vidas, su salud y especialmente el rol asumido por su madre “fue madre, padre, abuela, toda a la vez”. El oficial Sánchez le permitió ver a su hermano “un minuto y medio”, una sola vez en el calabozo. Lo notó demacrado, flaco y con signos de las golpizas.  El cura Hugo Horacio Natalio Batelli, capellán de la Base Aérea Tandil (1967-1995) intercedió para la liberación su liberación. Fernando aseguró que, tiempo después - por el stress, dolor y angustia- sufrió un ACV, por lo cual aún hoy está medicado. El juez Imás le agradeció el testimonio y le recomendó cuidarse. 

Marcos Tornatore, quién al momento tenía 5 años, contó que vio a su padre con las manos lastimadas pero que nunca quiso contarle nada. Su padre juramentó “no hablar para seguir viviendo… hice un paquete y quise enterrarlo, sino no hubiera llegado a la edad que tengo” (74). Marcos narró que, a pesar de su corta edad, tiene muy vivido el recuerdo de la madera lustrada del banco en donde llegaron a esperar tres largas horas para ver a su padre. El abrazo sostenido entre los Tornatore no se hizo esperar luego de los testimonios.

Eduardo Santellán y Eduardo Ferrante declararon desde Olavarría

Eduardo Santellán fue secuestrado el 21 de octubre de 1977 por miembros de la Fuerza Aérea, y se encontró con Ferrante en la Unidad 9 de La Plata, quién había sido secuestrado por miembros del ejército en la madrugada del 26 de septiembre de 1977. Luego del secuestro y detención ilegal, ambos fueron sometidos a “consejo de guerra” y encarcelados en penitenciarias comunes por los siguientes 5 años.

Santellán contó que durante ese “consejo” expuso por primera vez los apremios ilegales a los que fue sometido durante su durante su secuestro y posterior detención.  Luego tuvo que revivir los episodios en otras tres declaraciones durante diferentes procesos en los 46 años trascurridos.

Eduardo Santellán integra la larga lista pibes “colimbas”, jóvenes entre los dieciocho y veintiún años de edad que, en la Argentina, desde 1901 hasta 1994 debían hacer el “servicio militar obligatorio”, detenidos ilegalmente, torturados. Cuando las familias los buscaban denodadamente, les fuerzas armadas sostuvieron que se trataba de deserciones.

Cientos permanecen desaparecidos. Los conscriptos detenidos-desaparecidos son ciudadanos que se encontraban sometidos a la disciplina castrense y podían ser sancionados -si hubieran cometido una falta- con el rigor de los códigos y reglamentos militares. Sin embargo, en estos casos también utilizaron estos métodos clandestinos de represión.

El caso de Pedro Luis Mazzocchi

Mientras permaneció en calidad de detenido-desaparecido en la Base Aérea de Tandil, Eduardo Santellán confirmó que vio “deteriorado, con signos de torturas y golpeado y cubierto con una manta de la fuerza (Aérea)” a Pedro Mazzocchi, “nunca se supo más de él” agregó.

Según consta en el legajo de la CONADEP (3253, Decl.No:2285) Pedro Mazzocchi había pedido prórroga para terminar sus estudios de Geología. Cuando se presentó al servicio militar lo destinaron a la Base Aérea Militar Tandil, unidad próxima al domicilio de sus padres.

El 11 de julio de 1977, alrededor de las ocho de la noche, Pedro fue secuestrado a una cuadra de su casa por tres hombres que ocupaban un automóvil color blanco. Al día siguiente, un hombre joven que dijo ser compañero de conscripción de Pedro se presentó en casa de la familia MAZZOCHI para preguntar por el soldado, ya que no se había presentado en la Base Aérea. El visitante pidió a los padres de Pedro Luis que esperaran veinticuatro horas y dijo que él los llamaría por teléfono, pero ellos, alarmados por la situación, se presentaron en la Base Aérea y fueron atendidos por Román Valdecantos, exjefe de Operaciones de la Base Aérea Militar de Tandil, acusado en este juicio. Este jefe intentó tranquilizarlos y les dijo: "Todos los soldados saben que faltar sin causa menos de cinco días tiene una simple sanción".

Cuatro días después de esa entrevista, Valdecantos avisó a los padres de Pedro Luis que éste había aparecido pero que no podía ser visitado. Recién pudieron ver al muchacho el 18 de julio en la enfermería de la Base. Se enteraron por el relato del hijo, que parecía dopado, detalles de la extraña ausencia y de la aparición de Pedro Luis en la puerta del cuartel, esposado y en calzoncillos. Recién el 29 de julio les permitieron otra visita a Pedro en la enfermería, pero esta vez no pudieron hablar más que de cuestiones triviales, porque había un custodio armado muy cerca de la cama del muchacho.

El 30 de julio se presentó en casa de los Mazzochi un "hombre rubio", con las solapas del saco levantadas, y advirtió a los padres que Pedro había sido sacado de la Base. Sin esperar preguntas, saludó y se fue corriendo. De inmediato, el padre llamó a la Base por teléfono, pero le negaron información. Mientras cortaba la comunicación sonó el timbre de la puerta. Eran tres hombres vestidos de civil; uno de ellos, que dijo ser personal de "inteligencia", les informó que su hijo se había fugado de la Base. Esos personajes, desconocidos para los Mazzochi, se retiraron sin dar más información.

Pedro Luis fue dado de baja por desertor y, dos años después de su desaparición, sus padres supieron que había estado secuestrado en el centro clandestino de detención “La Huerta”, “Brigada Aérea VI Tandil”, "La Cacha", último lugar donde fue visto. Inhumado como NN en el cementerio Santa Mónica de Libertad, Merlo, Pcia de Bs As. Sus restos fueron recuperados (Resumen del Legajo realizado por Memoria, Verdad y Justicia de Hurlingham en Facebook)