Friday 18 de June de 2010

De la jornada de producción de carne: Asociatividad y negociación, claves del modelo uruguayo

De la jornada de producción de carne: Asociatividad y negociación, claves del modelo uruguayo

“Sistemas de producción de carne de Uruguay” es el tema que desgranó en su exposición ante más de 200 productores, investigadores, profesionales, docentes y estudiantes avanzados, auditorio que diera vida a la reciente jornada internacional de Producción de Carne ofrecida, en el Campus, por la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad del Centro.

Especialmente invitado, junto a otros distinguidos expertos, el ingeniero agrónomo uruguayo Fabio Montossi describió en su charla el Uruguay ganadero en cifras, tratando de dar la lógica de la ganadería y dónde están las propuestas tecnológicas que tienen para incrementar la productividad y el impacto económico del asociativismo, es decir cuánto más pueden ganar los productores haciendo las cosas juntos en vez de solos.

También mostró, ayudado por videos, la visión de cadena, cómo están tratando de trabajar con la industria frigorífica (“nos metemos dentro de ella, midiendo todas las pérdidas que ocurren en cuanto a la calidad del producto”), cómo calculan las pérdidas económicas “en conjunto con los carniceros, matarifes, academia, institutos relacionados con el sector, consignatarios, rematadores, gremialistas, valorizándolas y poniéndose de acuerdo sobre cuáles son los diez temas en los que debemos trabajar para los próximos cinco años, plazo estimado hasta la próxima auditoría”.

De esa manera Uruguay “pudo reducir un 30 por ciento las pérdidas en la cadena bovina y casi un 50 en la ovina. Hubo, claro, otros factores, no sólo el trabajo, que influyeron, pero sí se crearon una manera y un ámbito para discutir los problemas saliendo, entonces, cosas en conjunto que le hacen muy bien a la negociación”.

“También maduramos juntos en la búsqueda de una mejora en la competitividad de la ganadería uruguaya, que debe repensarse frente al modelo agrícola sojero que va creciendo, determinar dónde están los espacios y cómo negociar mejor con la agricultura y con la forestación que también creció”.

Indicó Montossi que Uruguay exporta el “80 por ciento de lo que produce, abasteciendo así a 50 mercados en el mundo, agregándole valor al producto para vender más caro, lo que requiere adelantarse a los problemas y ser permeables a los desafíos que aparecen”.
Ya fuera de su exposición, el experto se prestó al diálogo periodístico.

TRAZABILIDAD Y NEGOCIACION

--- ¿Debe entenderse la puesta en práctica de los conceptos de asociatividad y cadena el factor determinante de la ventaja que Uruguay le ha sacado a Argentina en materia cárnica?

“Los problemas y conflictos en las cadenas existen en todas, en menor o mayor grado. En el caso de las cárnicas los problemas existen inclusive en los países que tomamos como modelos: Australia y Nueva Zelanda. Los he visto.
Creo que es fundamental tener un espacio de negociación y demostrar que el tener posiciones muy enfrentadas no ayuda a las partes. Nuestra estrategia de posicionamiento en el mercado internacional ha sido buena. Se trata de una política de Estado independiente del gobierno de turno, de las gremiales de productores e industriales”.
El mejor ejemplo es la trazabilidad individual de ganado, una bandera que Uruguay utiliza para penetrar en todos los mercados, algo que nos diferencia claramente. Hubo discusiones ásperas, pero pudimos ponernos de acuerdo.
Desde entonces el pagar pasó a un segundo plano; hoy nadie lo discute. Hay que tratar con madurez los problemas actuales y los que van a venir. Ha sido una negociación buena”.

MERCADO INTERNO

--- ¿Se descuida en Uruguay el mercado interno?

“No se descuida. Por supuesto, la carne está cara para el consumidor, en especial los cortes de mayor valor. Sin embargo el asado aumentó, pero no tanto, mientras que los cortes de menor valor, por ejemplo la aguja, que es cuellito de botella para determinados estratos sociales, no han crecido tanto en precio.
Hemos recuperado el consumo de carne, que hace 10 años estuvo caído. Ya tenemos un promedio de 57 kilos de carne bovina y entre todas las carnes estamos arriba de 100 kilos.
El hecho que la carne se fuera para afuera no significa un aumento tan importante que nos dejara sin consumo de carne bovina, ya que creció la productividad y la eficiencia de los sistemas, superando con amplitud la carne vacuna a la aviar y la ovina.
En Uruguay predomina la raza Héreford, que ocupa el 65 por ciento de la producción, la Aberdeen Angus un 30 por ciento y el resto el ganado Braford otras razas menores y los cruzamientos.

NEGOCIAR CON MADUREZ

--- ¿Es más fácil trabajar en los puertos uruguayos sin funcionarios de la Secretaría de Comercio que, como en nuestro país, dicen -- esto sale a exportación, esto no?

“Hoy me lo han preguntado jornalistas. Los de la política son temas complicados. Uruguay tiene disensos en las posiciones, pero se negocia. Quizá porque somos un país chico y nos conocemos todos tenemos una ventaja, pero el golpe que representó la epidemia de aftosa en 2001 y 2002 nos marcó machucones a todos.
Después de esos años aprendimos una manera distinta de poner nuestros argumentos arriba de la mesa y discutir con fuerza, pero con mayor madurez, entendiendo que algo siempre hay que ceder. La nuestra es una cadena imperfecta, pero se puede conversar. Ese concepto ha formado una especie de “escuela”, de institucionalidad que mucho ayuda.

Los gremios de los productores son fuertes, también los de las industrias frigoríficas y los institutos como el INIA, que recogen datos de los frigoríficos y los suministran en forma objetiva son factores que también ayudan a tender puentes y no a dinamitarlos.
Eso sí, es como los matrimonios: tenemos altibajos, momentos de euforia y por lo tanto tenemos que cultivar continuamente la relación para discutir, sin pelearnos”.

EXPORTACIONES

--- ¿Están vendiéndole carne a Argentina?

“Si, aunque es muy poquito; el grueso lo enviamos a la comunidad europea. Un mercado que ha levantado mucho en los últimos años es el ruso, y paga muy bien. Nuestra exportación está diversificada a más de 50 países, lo que es una buena estrategia que incluye la valorización de los cortes, porque cuando se apaga uno aparece otro”.
En los últimos 5 años nuestra ganadería perdió un millón de hectáreas, sobre un total de 16 dedicadas al sector agropecuario. Sin embargo mantenemos la misma cantidad de cabezas de ganado, gracias a la intensificación, la mejora de pasturas y los suplementos.
Por ahora, el incremento de la agricultura no significó una reducción del stock vacuno. Además, la decisión de bajar la edad de faena de los animales ha sido un acierto, ya que mejoró la eficiencia de la producción y la calidad del producto.

Una vida trajinada

Es uruguayo de pura cepa y vive en el norte de su país, zona esencialmente ganadera. Estudió Agronomía en la Universidad estatal y, no conforme con ello se fue a la Universidad de Mesew, Nueva Zelanda, donde cursó el doctorado de la especialidad Utilización y manejo de pasturas y nutrición animal.
Hoy, los 46 años de Fabio Montossi Porchile, de contextura corpulenta que satisface con el tenis, casado y padre de familia, lo muestran muy ocupado. Desde 2000 se dedica a la calidad de productos y la influencia sobre ellos del sistema de producción y, en la actualidad, dirige el programa de carne y lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INEA) -equivalente a nuestro INTA– Tacuarembó, donde lidera a una treintena de técnicos y personal de apoyo.
Pero el trajín de Montossi no se limita a eso, desde que también articula los institutos públicos y privados de transferencia de investigación con las industrias cárnica y lanera, amén de organismos internacionales.
Sin duda una vida intensa que a estar por su entusiasmo laboral, de singular sesgo docente, todavía tiene un largo rollo por delante.