Mabel supo entender y defender la dignidad del trabajo nodocente, acompañando procesos y conquistas que marcaron nuestra historia. Su compromiso fue fundamental en los primeros pasos para incorporar la perspectiva de género y de derechos humanos en la vida universitaria, y en la creación de espacios de cuidado y formación que hoy son parte de nuestra identidad.

 

Despedimos a una aliada imprescindible, que caminó junto a las y los trabajadores en cada logro colectivo. Acompañamos a su familia, colegas y amistades en este momento de dolor, con el compromiso de honrar su legado en la defensa de nuestros derechos y de la universidad pública.