Martes 17 de abril de 2012

Barriadas, la Escuela 5 de Vela y el flagelo de la distancia

Barriadas, la Escuela 5 de Vela y el flagelo de la distancia

   Todavía se paladea en la comunidad de la Escuela Secundaria número 5 “Sargento Cabral” de María Ignacia (Vela) el sabor satisfactorio que dejara en todos sus ámbitos la reciente inauguración de la Estación Meteorológica, coincidente con la puesta en marcha oficial de un nuevo año de actividad de Barriadas, el exitoso programa solidario de la Universidad Nacional del Centro.

    “Con Barriadas estamos trabajando desde hace dos años, incluido el Voluntariado Universitario, y por supuesto nuestros alumnos. Integrantes del Programa vienen los miércoles a la tarde y se reúnen con grupos de chicos dedicados al estudio de las ciencias que han formado un Club especializado, a cuyo través participan en ferias”, relató Cristina García de Di Fonzo, directora del establecimiento.

     El impacto científico conseguido por el funcionamiento digitalizado de la Central Meteorológica caló hondo en el orgullo de esa comunidad educativa. “Esta incorporación de nueva tecnología es espectacular para todo lo que estamos desarrollando; mejora lo que estábamos haciendo en material científica”, comenta a propósito del equipo montado en el Museo y Archivo Histórico adjunto a la Escuela.

     Los 216 adolescentes de la localidad y la zona, 50 docentes en su gran mayoría provenientes de Tandil, y sus autoridades trabajan en un espacio edilicio de excelentes condiciones que cuenta sólo 14 años de edad. Espacios todavía nuevos, cómodos, bien pintados (“Todos los años grupos de chicos pintan para la Fiesta del Dulce de Leche”), limpios, suficientes aulas, oficinas, pasillos y un regio salón de usos múltiples que también aguarda los fríos bien calefaccionado caracteriza al establecimiento situado en el cruce de San Martín y Sarmiento, a dos cuadras de la plaza principal.

 

EL PROBLEMÓN DE LOS VIAJES

 

       Feliz, la Directora es conciente del privilegio físico descripto que viene a coronar, en lo personal, una misión docente de 31 años, de ellos, 19 al frente de direcciones y allí desde la fundación misma en el ‘98.

       Recordó García contactos previos temporarios con sectores de la Universidad y ponderó el subsidio ministerial recibido por el Proyecto Nacional del Voluntariado que permitiera completar el montaje de la Estación Meteorológica.

    Dentro de ese positivo balance general, citó la docente un viejo estigma educacional: la distancia. “Cuando la Cooperadora administraba los viajes de una combi con la que, continuamente, hacíamos viajes a Tandil. Al cambiar el sistema mediante contratos personales. “Estamos sometidos a la exclusión espacial”, como allí la llaman.

    “Ya no tenemos salida; desde hace dos años nos está costando muchísimo salir con los chicos de la población, problema que se repite cuando necesitamos traer desde Tandil gente a la Escuela para participar en las ferias científicas”.

    “Menos mal – reflexionó la Directora – que acá, el Banco Popular de la Buena Fe, el CESAN y el Club Velense contribuyen, a través de acuerdos, a la práctica de la educación no formal y a crear en el alumnado una mentalidad deportiva. Eso sí, nos cuesta muchísimo acercarlos a la ciudad para competir”.

      Quizá la nueva conquista traducida en la Central Meteorológica despierte medidas que echen por tierra el flagelo geográfico poniéndole ruedas al añorado cordón umbilical, tan necesario para la Escuela Nº5, con la metrópoli tandilense.