UNICEN: 40 años de trabajo compartido
A principios de la década de 1960 y al amparo de la reciente sanción de la Ley 14.557, que autorizaba el funcionamiento de universidades privadas que pudiesen expedir títulos habilitantes, se inició en Tandil el proceso de negociaciones y gestiones necesarias para conseguir la radicación de un instituto universitario. Se creó así la Universidad de Tandil, que 10 años más tarde –junto al Instituto Universitario de Olavarría y el Departamento de Agronomía de Azul- converge felizmente en la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Una porción importante de la población local, básicamente los maestros, profesores y estudiantes egresados de la Escuela Normal Mixta, habían comenzado a reclamar una enseñanza de tipo superior y universitaria que les permitiera continuar con su formación sin tener que abandonar la ciudad. Estas gestiones se apoyaban en datos provenientes de estadísticas realizadas entre 1960 y 1964, que mostraban que el 70% de los egresados de las escuelas secundarias no lograban continuar estudios terciarios o universitarios. (1) Este cuadro de situación reforzaba la necesidad de una institución que vehiculizara la formación profesional y que al mismo tiempo retuviera a los jóvenes en la ciudad. Estas demandas eran un eco no tan lejano de un proceso económico y social de alcance nacional que, potenciado por el primer gobierno peronista, tuvo por resultado la expansión y gradual consolidación de los sectores medios urbanos. (2)
La gestión de Juan Domingo Perón al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión había hecho que una nueva sensación se adueñara del ánimo nacional: la de que el Estado había tomado partido por los trabajadores. Esta idea tenía anclaje en la conquista de algunos derechos sociales que, anhelados desde principios del siglo XX por radicales y socialistas, fueron finalmente logrados por el peronismo: jubilaciones generalizadas, aguinaldo, hogares para ancianos, policlínicos, tribunales de trabajo, ciudades estudiantiles y turismo social. Así, la primera experiencia de gobierno peronista dejó como saldo la incorporación de pleno derecho de una porción importante de los sectores populares a los sectores medios. Esta gradual modificación de las condiciones estructurales del trabajo en la Argentina, se efectivizó básicamente a través de la creciente importancia dada por el Estado a los sindicatos, que desde entonces se convirtieron en actores necesarios y protagónicos de todo lo relativo al universo del trabajo.
La sindicalización de los trabajadores No Docentes de la UNICEN fue un producto lógico y necesario de este contexto histórico particular que se concretó el doce de julio de 1983 con la firma del acta fundacional de la Asociación de primer grado que nuclea al personal de la Universidad Nacional del Centro. (3) La asamblea autoconvocada por el personal No Docente para tal fin, designó como primer presidente el señor Hugo Lendez y como secretaria de actas a la señora Marta Testa. En este sentido, cabe resaltar que en los tempranos años ’80, con la vuelta de la democracia a la vida institucional del país, el sector No Docente de esta universidad fue el primero en contar con una estructura organizacional normalizada dentro de la universidad, ya que tenía una Comisión Organizadora del claustro. Desde entonces y hasta el presente, la Asociación de Trabajadores de la UNICEN ha desplegado una intensa actividad en pos de la defensa de los trabajadores, logrando consolidar así su perfil sindical a través de importantes logros.
El actual Secretario General de ATUNCPBA, compañero Juan Loidi, junto a un equipo de trabajadores comprometidos mancomunadamente en la defensa de los derechos sociales y laborales de los No Docentes, a lo largo de siete años de gestión ha tenido por norte el perfeccionamiento gradual y sostenido de las condiciones de trabajo y también la mejora salarial, producto de la reestructuración y re-encasillamiento del personal en el marco de la existencia de un convenio colectivo de trabajo y la efectiva participación del sector en el cogobierno universitario.
Así, y con el objeto de garantizar la calidad de la participación de los representantes No Docentes en cada una de los dispositivos políticos y administrativos de la institución, en el año 2001 se creó una Tecnicatura en Gestión Universitaria cuyo producto en la actualidad es ampliamente provechoso: cincuenta compañeros han obtenido el diploma correspondiente.
De un total de 601 trabajadores de planta, 529 revisten en calidad de afiliados a un sindicato que no sólo provee beneficios ligados a vivienda, a salud y a capacitación continua, sino que tiene proyección nacional con la participación de Juan Loidi en la Mesa de Conducción Nacional de la Federación de la Asociación de Trabajadores No Docentes. El fortalecimiento e integración del movimiento sindical de los trabajadores de las universidades nacionales en los planos de la política nacional, queda confirmada por la entrega de un doctorado Honoris Causa al Secretario General, Sr, Nelso Oscar Farina, por la Universidad Nacional de Luján en la primera quincena de octubre de este año.
El compromiso social y el espíritu solidario del sector tiene proyección comunal y se manifiesta en el apoyo dado a diversas entidades no gubernamentales de la ciudad de Tandil y en diversas actividades de extensión que tiene como fin abonar la construcción de una lógica social de conjunto.
Notas:
1. Datos extraídos de Pérez, D: La Universidad de Tandil. Historia de un esfuerzo, Tandil, 1975, pp. 12-15.
2. El número del 50 aniversario que publicó el diario local Nueva Era en 1969, mostraba con optimismo, que 7000 personas entre empleados, propietarios y sus respectivas familias, vivían del comercio. Según el diario, había por ejemplo, 353 despensas, 100 carnicerías, 125 talleres mecánicos, 16 estaciones de servicio, 38 joyerías, 2 compañías de seguros locales, 8 casas de ventas de discos, 71 bares y 18 cerealeras; lo que comprueba circuitos comerciales y consumos culturales característicos de los sectores medios.
3. Según consta en Acta fundacional de ATUNCPBA.
* Con la colaboración de la Dra. Silvina Mondragón
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