Historia | Política | Sociedad
9 de diciembre de 2013

El rol de los medios de comunicación en los 30 años de democracia

Lic. Jorge ARABITO

En estos treinta años de vida democrática, muchos cambios se sucedieron en Argentina. Nuestra sociedad avanzó en los valores de convivencia y construyó otros nuevos, a partir de los cuales se trazó un camino diferente. En ese sendero, uno de los puntales esenciales fue el rol de los medios de comunicación como actores del proceso de cambio.

La dictadura de la que salíamos hace treinta años había superado las cuotas de horror de todos los gobiernos militares precedentes. En las palabras que el periodista Rodolfo Walsh le dirigiera en 1977, a través de su Carta Abierta, a la Junta Militar, al cumplirse el aniversario de su control sobre la nación: “Lo que ustedes llaman aciertos son  errores, los que reconocen como errores son  crímenes y lo que omiten son calamidades”.

En ese contexto, en 1983, el gobierno de Raúl Alfonsín se encontraba ante la tarea de refundar la sociedad luego de casi siete años de la más feroz dictadura que sufriéramos los argentinos. Con sus aciertos y errores, sentó las bases de un devenir que nos lleva a este ahora que recorremos. A 30 años de ese recomienzo y luego del retroceso que significó el avance neoliberal de los 90´ en América Latina, en una situación en la que se están recuperando algunos valores, los medios han cumplido un importante rol, no siempre analizado en profundidad.

Las teorías de la comunicación nos enseñan a pensar que las percepciones no son lineales, simples; que en todo hay grises, mediaciones, negociaciones. Así como el golpe no fue solamente militar, sino que con el tiempo comprendimos que tuvo cómplices eclesiásticos, otra civiles, empresariales, etc. 

Esas construcciones teóricas también nos ayudan a pensar que las correlaciones no son tan mecánicas. Los medios no nos dicen qué pensar acerca de las cosas, pero sí acerca de qué cosas pensar. En ese contexto, algunos comunicadores en tiempos democráticos, por ejemplo hicieron “deseables” las privatizaciones o apoyaron las patronales del campo, mostrando el rol más oscuro de los medios. Por otro, comunicadores y periodistas a los que saludamos y recordamos cada siete de junio, nos enseñaron que hay un país que construir, a partir de la recuperación de la palabra, del ingreso de nuevos actores al debate público, del establecimiento de nuevos marcos normativos para la actividad comunicacional.

Estos treinta años, pensados desde el rol de los medios, pueden verse y pensarse también como una serie de hitos casi personales, quizás arbitrarios. En ese sentido, sería imposible enumerar todas las trasformaciones y aportes que los medios efectuaron a lo largo de este tiempo, y por ello la alternativa es tomar un puñado de aportaciones (casi arbitrariamente), cada una de las cuales contribuyó, junto a muchas otras tan valiosas, a este punto, de modo de dejarlo para la reflexión. Sólo nos asiste la razón justificadora del limitado espacio, y la simple intención de que quede  algo para la reflexión.

Para comenzar, desde la prensa gráfica la revista “Humor” fue una publicación convertida en salvoconducto, con la que tantos miles  que resistían anónimamente a la dictadura, se reconocían en la calle. Surgida durante la dictadura, la revista “Humor Registrado” llegó a ser mucho más que una publicación humorística. Sus páginas fueron refugio y trinchera para expresiones periodísticas y artísticas que otros medios ignoraron, hasta convertirla en un símbolo de libertad de expresión y de compromiso con la democracia y los derechos humanos. 

Se trató, sin dudas, del último fenómeno gráfico masivo producido en la Argentina. Un producto genuino que generó un espacio propio sin pertenecer a un pool importante ni tener padrinos publicitarios, y alrededor del cual se forjó todo un movimiento artístico e intelectual que perdura todavía. Periodistas, escritores, humoristas y dibujantes de primer nivel nutrieron su equipo, algunos de ellos prohibidos hasta entonces y otros ejerciendo sus primeras armas. La publicación debió soportar tanto la censura como los juicios o las intimidaciones, únicamente sustentada y protegida por sus lectores y sólo comprometida con ellos.

Otro de los puntos nodales en estos años fueron las radios comunitarias, que posibilitaron dar voz a nuevos actores. Según Claudia Villamayor y Esdenka Sandoval, las radios comunitarias surgidas en Argentina en la vuelta a la democracia en 1983, fueron uno de los modos de expresarse que tuvieron diferentes sectores de la sociedad. Había una necesidad de reconstruir el Estado,  de repensar y rehacer la economía; recuperar los espacios sociales, políticos y culturales que  fueron arrebatados.

Desde el punto de vista de la comunicación y la cultura, los largos años de censura y  coerción de la libertad de expresión y de inconstitucionalidad provocaron un vacío  importante respecto de los espacios de comunicación, de encuentro, de reunión y de  expresión de las personas y de los grupos sociales. La necesidad de espacios y medios  donde hacer circular la palabra “parieron” a las FM de baja potencia, “truchas”, alternativas,  alterativas, comunitarias… Populares.  

Luego de casi 30 años, muchos de estos proyectos radiales se han consolidado, transitaron caminos  de formación, discusión, intervención, alianzas, articulaciones, incidencia en políticas  públicas como lo es la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual actualmente de plena constitucionalidad.

En ese contexto, en los noventas, muchos estudiantes eligieron las carreras de Comunicación y establecieron su auge, por creer que desde los medios se podría construir una mejor democracia, ante el descredito de la política. Desde la recuperación de la democracia,  los medios de comunicación han sido uno de los actores más dinámicos del mercado y principales ordenadores de las comprensiones sociales.

Luego de creada la carrera de Comunicación en la UBA en 1987, el furor por trabajar en los medios derivó en el crecimiento sostenido de las carreras de comunicación. A partir de ello, hubo dos períodos de explosión de las matriculas: el segundo lustro de los ochenta y el segundo lustro de los noventa. 

Entonces los medios, y fundamentalmente el periodismo, disputaron el rol de contralor del Estado. El periodismo de investigación -sustentado específicamente en las denuncias- generó en la sociedad una idea de eficacia que se le negó al Estado.

La Carrera de Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales proviene de esa preocupación y actualmente acompaña ese proceso al brindar herramientas conceptuales y prácticas para aportar al debate al formar profesionales que describan, narren e intervengan nuestros agitados tiempos.

Otro de los puntos de giro en estos treinta años es el fotoperiodismo. En 1997, un fotoperiodista fue asesinado en Pinamar. Muchos conocimos a José Luis Cabezas solamente a partir de su muerte, y desde entonces el compromiso fue no olvidarlo, consigna que continúa hoy. A pesar de su asesinato, se consolidó la tarea de los fotoperiodistas, tanto comprometidos con el registro de imágenes memorables de la represión de la dictadura como con el rescate de las imágenes de nuestras últimas décadas de vida para la publicación y para el recuerdo.

A fuerza de captura de imágenes, los fotoperiodistas ganaron su lugar y consiguieron tanto el crédito como un lugar a la par de cronistas y redactores. Recién se está escribiendo una historia que rescata el rol que ha tenido el fotoperiodismo en la construcción de la democracia en estos años. Investigadores como Cora Gamarnik, a través de proyectos tales como “Imagen y memoria”  la están construyendo. Así comienza a reinvindicarse el lugar que ocuparon los fotógrafos, quienes fueron perseguidos en dictadura y rescatados en democracia. En estos 30 años, los fotógrafos nos han dejado imágenes claves, de lucha contra la impunidad, de denuncia, de pruebas que aportan incluso a causas judiciales. Sus trabajos apuntan  no sólo a rescatar la importancia de imágenes que guardamos en nuestra memoria, sino a preguntarnos quién sacó esas imágenes, para quién, dónde se publicaron, en qué condiciones, cómo circularon, qué influencias tuvo esa representación, cuáles fueron sus lecturas contemporáneas… Todas estas preguntas están circulando, mientras la fuerza de las imágenes nos mira con los ojos profundos de Jose Luis Cabezas desde tantas fotos que se ajan pero no caen.

En cuanto al medio televisivo, es capital rescatar el modo en que se introdujo en 2006 el tema de la desaparición de personas y el robo de bebés durante la última dictadura militar en la trama -clásica en su construcción- de la telenovela “Montecristo”, emitida por Telefe, que era una transposición de la novela de Alejandro Dumas “El Conde de Montecristo”; así como  la historia de los nietos/as recuperados, en “Televisión por la identidad”, lo que contribuyó y contribuye a la inclusión del tema en la Agenda y en el Imaginario social.  

La intención de esta producción fue romper la lógica industrial y comercial, que había imperado hasta ese momento en la televisión abierta, de sólo tocar determinados temas del pasado a través de documentales o noticieros, para atarse a las reglas del corazón, la conciencia y el compromiso. A partir de ello, muchos padres, madres, hijos e hijas pudieron hablar de lo sucedido en los años más negros de nuestra historia, y más de diez nietos/as fueron recuperados  a partir de acercarse a Abuelas con la decisión de enfrentar la verdad.

Además de los medios de comunicación en sí, esta transformación, más allá de empresas y proyectos, es tarea de periodistas comprometidos con la democracia como Eduardo Aliverti y Osvaldo Bayer, recorriendo un abanico que recorre lo glorioso y lo bizarro, pasando por nombres como Osvaldo Soriano,  Liliana Lopez Foresi, Enrique Symns, María Moreno, Carlos Ulanovsky, Miguel Bonasso, Cynthia Ottaviano, Mario Pergolini, Jorge Rial, Alfredo Rosso, Magdalena Ruiz Guiñazu, Horacio Verbitsky, Marta Dillon, Víctor Hugo Morales, Mariana Carbajal, Martín Caparrós, Sandra Russo o Matías Martin. Las promesas malogradas como Fabián Polosecki, y Juan Castro o ángeles caídos, como Jorge Lanata. Todos son rostros de la comunicación que consumimos cotidianamente.

A treinta años de aquellas históricas e inolvidables elecciones que nos rescataron al sol de los pueblos libres, el trabajo continúa cotidianamente. La trasformación tecnológica nos sitúa hoy en un escenario radicalmente distinto, donde todos somos prosumidores de información, que compartimos socialmente en tiempo real en las redes, y por ello mismo, objetos de vigilancia por parte de un omnisciente “hermano mayor” que recopila nuestros datos y comercia con nuestra identidad.

Mientras la sombra de la dictadura desaparece lentamente de la historia reciente, y nuestra sociedad construye cada día un nuevo ámbito de democratización de la palabra a partir del ingreso de nuevos actores, nuevas consignas, y nuevos escenarios que cimentan la multicolor diversidad del presente, seguimos construyendo ciudadanía, a sabiendas que podemos contar con los medios de comunicación de nuestro lado para la próxima batalla.

Bibliografía:

Gamarnik Cora: “La reconstrucción de la historia del fotoperiodismo en Argentina. Algunas consideraciones teóricas y metodológicas.” Ponencia en XIII Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia,” 10, 11, 12 y 13 de agosto de 2011 organizadas por el  Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Catamarca.

Igal, Diego: “Humor Registrado: Nacimiento, auge y caída de la revista que superó apenas la mediocridad general” Buenos Aires, Ed Marea, 2013.

Luchessi, Lila: Entrevista “El auge de las carreras de comunicación en democracia (soñando con los medios)” en revista Zoom, diciembre de 2008. URL: http://revistazoom.pajaro-rojo.com.ar/articulo2870.html

Villamayor, Claudia Sandoval, Esdenka Erika, Larsen, Gisela: “La comunicación radiofónica comunitaria y alternativa: Perspectivas y usos estratégicos de las radios comunitarias en el conurbano bonaerense de la República Argentina.” Ponencia en XIV congreso redcom 28, 29 y 30 de junio de 2012, UNQ.

Walsh, Rodolfo, “Carta Abierta a la Junta Militar”, en ANCLA, agencia de noticias clandestina. Múltiples ediciones posteriores.

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Lic. Jorge ARABITO:
Licenciado en Comunicación Social, docente - investigador Facultad de Ciencias Sociales, UNICEN.
Contacto: jarabito [at] gmail [dot] com