Tuesday 8 de October de 2013
Tandil

Veterinarias y el desafío hacia una mayor y mejor producción lechera

Veterinarias y el desafío hacia una mayor y mejor producción lechera

“Esta Facultad está vinculada al proyecto de genética de la Universidad desde 1994, año que recuerdo bien porque el motivo de mi llegada a esta Casa, hoy uno de mis grandes orgullos personales, fue que el comité ejecutivo de la Asociación de Criadores de Holando Argentino y el decano de esta Facultad en aquel momento, Néstor Auza, dijeron “no hay nada mejor para un emprendimiento público y privado que venga alguno de ustedes con un interés mayor a formar parte y ayudar a la comisión de este proyecto”, mencionó el doctor Pablo Bergonzelli, secretario de Vinculación Tecnológica de Ciencias Veterinarias de la Unicen, en su discurso pronunciado en el transcurso del reciente acto de lanzamiento de Proar cumplido en el Campus con la organización de Ciencias Veterinarias.

“La Asociación – dijo refiriéndose a ACHA – le ha presentado desde entonces desafíos constantes al grupo de Genética, y éste ha respondido en tiempo y forma con cada uno de esos desarrollos. Había evaluaciones genéticas que eran sólo de toros. Hoy tenemos de las vacas, salimos de la leche y entramos a los sólidos, básicamente a proteínas”.

Hizo aquí Bergonzelli una mención especial a “todo lo que se  está trabajando en el área de la Subsecretaría relacionado con revalorizar nuestra leche con sodio, haciendo que Argentina tenga un sistema de pago por sólidos, a lo que tanto ayuda la labor en proteínas”.

COMPROMISO TRIPARTITO

Ante el ministro de Agricultura Norberto Yahuar, rector Roberto Tassara, decano Marcelo Aba, titular nacional de Anses Diego Bossio y demás autoridades y representantes institucionales de amplios sectores asistentes al encuentro, continuó expresando Bergonzelli: “Cuando se terminó este proceso de desafío que planteaba ACHA, durante el ´96 al ´98 se generó en la Facultad el programa interno de Prueba de Toros. Durmió 14 años hasta que alguien, desde la Asociación, pudo encontrar el momento clave en el comité ejecutivo para que este proyecto reflotara y lograra que la Subsecretaría y el ministro de Agricultura generaran lo que se precisaba, que es el aval institucional y la decisión política para llevarlo adelante”.

“Así fue posible cambiar, mejorar, adoptar y formar parte, porque en realidad el Estado no sólo va a poner el dinero sino participar en el proyecto, única garantía para que ésta vinculación público-privada tenga éxito, ya que de otra forma sería imposible”.

 “Recuerdo junto a Daniel, Cecilia, Edgardo y otros compañeros de trabajo cuando en el ´95 y el ´96 hicimos nuestra primera evaluación y la gente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Genética de Madrid, España, y su genetista líder Juan José Cura nos dijeron “muchachos, esto no sirve de nada. Si ustedes como maestros son capaces de tener sólo una prueba de toros siempre van a llegar tarde”.

 “Y la verdad es que fue así y nunca pudimos motivar, desde los potenciales que tenía la prueba, para que esto tuviera lo que significa estar en el primer nivel de la genética probando toros de nuestro sistema contemporáneamente a nivel mundial y, de esa forma, poder usar la genética que realmente modifique, mejore y aumente la producción. Eso es hoy el Programa Argentino de Prueba y Evaluación Genética de Reproductores Bovinos Lecheros (PROAR)”.

“Entendemos que el camino es larguísimo. Son seis años de trabajo consistente y, en éste caso, va a ser responsabilidad de todos los que van a estar en ese lugar, tanto el Estado como la Asociación, la Facultad y la Cámara Argentina de Biotecnología trabajando juntos para producir un resultado. Ahora, tras la decisión política, la responsabilidad es doble”.

PROGRAMA

“Se trata – compendió el orador – de seleccionar el material genético nacional, con las posibilidades tecnológicas que tenemos hoy mediante la evaluación genómica para probar y luego diferenciar animales superiores. Para eso hay que preparar personas que estén dispuestas a prestar sus vacas y inseminarlas con ese supuesto material genético superior. Después identificarlas, asegurar que se críen bien, que tengan una lactancia a los dos años para poder calificarlas, evaluarlas y tener una producción de leche y componentes”.

 “Aquí quiero hacer una mención muy especial al personal de todas las regionales del control lechero que, de una u otra manera, certifican la calidad de la información de la leche y de los laboratorios bajo normas ISO que hace que los productores tengan la posibilidad, además de trabajar internamente, de prestar sus datos para hacer una evaluación confiable”.

 “Una vez que tenemos inseminando y las terneras haremos, rápidamente, podremos asegurar que esas terneras nos den el mensaje descifrado para tener los animales superiores y, entonces, sacarles el semen para mejorar nuestro propio rodeo”.

 “Está claro para los que manejamos la información que cuando recibimos semen importado hay muchos de éstos que hacen muy bien, pero que hay otros que no lo hacen tanto. La verdad que eso desparejo en Argentina no se lo puede permitir porque contamos con un rodeo importantísimo, capaz de producir valor agregado para exportar semen, embriones y tener una evaluación genética confiable”.

 “Esto es el PROAR. Un desafío público y privado, con decisión política clara del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación para ponerlo en marcha. Estará en nosotros llevarlo adelante”.