Wednesday 10 de October de 2018

Graciela Morales es de Olavarría, y hace casi 30 años que vive en México, donde se desempeña en el Departamento de Síntesis de Polímeros del Centro de Investigaciones de Química Aplicada (CIQA) de Saltillo. Egresada de la Facultad de Ingeniería, al igual que su marido, habló sobre su crecimiento profesional en otro país, cómo fue realizar una maestría y un doctorado con dos hijos en el camino, y su vida en un lugar donde se siente como en casa. Desde allí, mantiene un fluido contacto con sus colegas en la FIO e incluso ha impulsado actividades de intercambio académico entre ambas instituciones.

Graciela egresó de la FIO con el título de Profesora en Química y Física allá por el ’85. Luego de dar clases en Olavarría y Azul, con su marido, graduado de Ingeniero Químico Industrial también en la institución local, se mudaron al norte por cuestiones laborales y la próxima escala fue México. “La idea era supuestamente venir por poco tiempo, entonces yo quise hacer algún curso de perfeccionamiento o algo y logré contactar aquí a personas de una Maestría en Polímeros”, contó a través de teleconferencia. Para poder avanzar en su formación, Morales debió revalidar su título a una Licenciatura de Química. Sus tesis, tanto de Maestría como de Doctorado, las realizó en el CIQA de Saltillo, la capital del estado de Coahuila, a 400 kilómetros de la frontera con Texas. Y luego se incorporó como investigadora.

 “Aquí lo que hacemos es investigación en todo lo referente a polímeros (plásticos), la síntesis, su procesamiento, la caracterización, toda su cadena de valor”, señaló, quien actualmente forma parte del Sistema Nacional de Investigadores, Conacyt, el par mexicano del CONICET. “Trato de mantener siempre el vínculo con Argentina, de hecho aquí con la Facultad tenemos colaboración desde hace años”, agregó. En noviembre, contó, asistirá al XIV Congreso Iberoamericano de Polímeros que será en Mar del Plata. “Las bases que nos han dado en la FIO han sido realmente muy buenas. Aquí me lo reconocieron y revalidaron a la licenciatura sin ningún problema, la verdad tenemos una muy buena formación”, resaltó la especialista.

Desde ya varios años, el desarrollo se ha volcado a la incorporación de nanopartículas, para otorgar diferentes propiedades a los plásticos: más resistencia, más brillo, protección UV, anti inflamación, anti bacteriales. En este último aspecto, han avanzado con centros de Francia y Canadá. “Ha sido un largo camino empezar con iniciadores poliméricos y pasar a investigación aplicada. Se mueve rápido acá la investigación y si bien en el centro vamos bastante rápido, a veces dependemos obviamente del Gobierno para cuestiones presupuestarias, pero siempre hemos podido trabajar, y mucho también a través de colaboraciones”, destacó.