Educación | Sociedad
3 de julio de 2014

Sociedad, Violencia y Universidad: el desafío de educar para la paz

Dr. Rafael Pedro CURTONI

La universidad pública argentina ha generado en los últimos años diferentes acciones que promueven su inserción social, cultural y política y que tratan de profundizar cada vez más en las problemáticas comunitarias. Sin lugar a dudas, las articulaciones con el medio representan uno de los mayores desafíos que la universidad como institución enfrenta cotidianamente, sobre todo, teniendo como horizonte la generación de respuestas positivas y adecuadas a los requerimientos y expectativas de la sociedad. La universidad como colectivo se debe a su entorno local, regional y nacional, en consecuencia, sus prácticas no pueden concebirse disociadas de las vicisitudes y contingencias señaladas por los ciudadanos y/o por determinados grupos sociales. 

Nuestra Universidad Nacional del Centro, por historia, trayectoria y presente, goza de prestigio como ámbito educativo de calidad y excelencia, con dinámica propia y como espacio de oportunidades y desafíos. Nuestras facultades tienen como objetivo principal la formación de recursos humanos que no sólo sean capaces de colaborar y aportar con el desarrollo económico, político y social de nuestro país, sino también que sean personas de valores, comprometidas con los cambios y solidarias con los sectores desfavorecidos y/o excluidos.

Desde hace un tiempo, y sostenido de manera tenaz y eficaz por distintos medios masivos de comunicación de nuestro país, se nos ha inculcado la idea que vivimos en una sociedad cada vez más violenta y en permanente riesgo. Sin entrar a discutir acerca de las causas que promueven o activan las diversas formas de violencia, lo cierto es que constituye una preocupación de nuestra sociedad y es un tema que amerita análisis profundos y serios. Es claro también que la violencia puede expresarse de múltiples formas y en distintos niveles, lo cual representa una compleja trama que no resiste tratamientos simplistas y lineales. En ese sentido, existen muchos proyectos de investigación social en las universidades argentinas que tratan la problemática de la violencia y las situaciones de vulnerabilidad en múltiples sectores. Sin embargo, solamente en nuestra Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires se ha generado y puesto en marcha recientemente una propuesta educativa sistemática y formal que no sólo da cuenta de los múltiples y complejos pliegues de la violencia, sino que también promueve una capacitación para la paz y el tratamiento de situaciones conflictivas. La Diplomatura en Educación para la Paz, que nuestra Facultad de Ciencias Sociales ofrece en la subsede de Quequén, es realmente una iniciativa de avanzada en el tema y única en su tipo, sobre todo considerando las ofertas académicas vigentes en el país. Constituye un hecho altamente significativo que una institución pública como la universidad se haya puesto al frente de este nuevo proyecto educativo. Ello reafirma el sentido de responsabilidad social que debe ser inherente a la universidad promoviendo los involucramientos en asuntos comunitarios de manera activa, participativa y comprometida.

Desde nuestro lugar pretendemos colaborar y participar de los procesos de transformación que se vienen dando en nuestro país y gestionar para que el ámbito universitario promueva cada vez más la inclusión social, la equidad, el derecho a una educación digna, el respeto y la formación de ciudadanía. La universidad tiene y debe aportar en ese sentido, sobre todo en el contexto actual, pues estamos transitando momentos históricos que constantemente activan la emergencia de diferentes instancias de participación e involucramiento político, social y cultural para todos los que tengan inquietudes. Sin dudas que estos momentos no ameritan posicionamientos neutrales, por el contrario nos desafían a tomar partido y a comprometernos activamente con lo que nos rodea. Las diferentes instancias de violencia sistemática nos interpelan tanto como actores sociales y como sujetos pertenecientes a instituciones educativas y públicas. Nuestras respuestas deben estar a la altura de las circunstancias proponiendo estrategias y espacios de formación en los cuales se puedan comprender y cuestionar los mecanismos activadores de violencias como son los procesos de subalternización, exclusión y victimización de amplios sectores sociales. La diplomatura en Educación para la Paz representa un claro ejemplo de esas respuestas y de la actitud comprometida de nuestra universidad que siente la responsabilidad y el desafío de involucrarse con las realidades de nuestro contexto y con las problemáticas que marcan buena parte del pulso de la sociedad.

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Dr. Rafael Pedro CURTONI:
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNICEN.
Contacto: rcurtoni [at] soc [dot] unicen [dot] edu [dot] ar