Historia
9 de septiembre de 2011

Sarmiento: elaborar políticas entre el centro y la periferia

Dra. Ana María TABORGA

Pensar en Sarmiento implica tener en cuenta que, aún cuando muchas personas no acuerden con ello, tanto su pensamiento como las acciones que puso en marcha estaban cabalmente informadas.

En este caso, que nos remite a su relación con la ciencia, debemos situarlo no como un científico social sino como un estadista que se ocupa en concretar acciones tendientes a generar espacios para lo que hoy denominamos producción de conocimiento o de actividades científico tecnológicas (ACT). Decimos informadas porque dedicó estudio comparado a esta dimensión y su articulación con otras que hacían al modelo de país al que adscribía y se propuso construir.

Para ello utilizó todas las oportunidades que se le presentaron o las buscó: conoció parte de Sudamérica, de Estados Unidos de Norte América, de Europa y sobre esas experiencias organizó su plan de gobierno que, en muchos aspectos se convertirían en acciones políticas de extensísima duración.

Sabía que para ello era necesario instrumentar una política educativa que contemplara diversos niveles educativos. Por eso propuso que la educación básica sea de carácter general y absolutamente separada de aquella orientada a la formación en oficios, impulsó la educación media y dedicó amplios esfuerzos a la educación universitaria en aquel espacio que estaba bajo la órbita del gobierno nacional: la actual Universidad Nacional de Córdoba. Penetrar ese espacio con una concepción académica que condujera a la formación de futuros científicos requirió que se constituyera la Academia de Ciencias, en la cual trabajarían científicos provenientes del extranjero que adquirieron la obligación de dictar clases en la mencionada universidad. A la par, la creación del Observatorio Astronómico Argentino inaugurado oficialmente en 1871 contribuyó en la tarea de dar sustento empírico al conocimiento de ya no sólo de los recursos materiales sino de las condiciones que aporta el estudio de la astronomía.

Señala Mantegari (2002) que después de la batalla de Caseros (1852), en la Argentina comienza una nueva etapa para la actividad científica, en la cual Sarmiento cobrará un singular protagonismo: se fundan colegios en varias provincias siendo el Colegio Nacional fundado por Mitre en Buenos Aires modelo de aquellos y de los posteriores. Si bien en 1856 se nacionaliza la Universidad de Córdoba, este hecho no logra contrarrestar su carácter tradicional el cual no se modifica hasta la presidencia de Sarmiento quien promueve la creación, en 1873, de la Academia de Ciencias. Esta tarea recayó en Burmeinster -director del Museo de Buenos Aires- a quien encomendara la incorporación al país de profesores de física, matemática, botánica, zoología, mineralogía y geología. La Academia se fundó en 1873 y los profesores debían desarrollar sus tareas en ella y, a la vez, dictar cursos en la Universidad de Córdoba. La Academia de Ciencias continuó sostenida por el gobierno nacional con la misión de explorar y estudiar al país en todas las ramificaciones de la naturaleza.

También comprendió que mostrando en una exposición productos nacionales develaría tanto lo que se había avanzado en el proceso de industrialización como  lo que faltaba, pero también quedarían expuestas las potencialidades para impulsar la manufactura. Eso lo sabía y podía demostrarlo mediante la información que suministraba el uso de las estadísticas como instrumento necesario para generar políticas. Dijo Sarmiento en su discurso inaugural: “Agrupamos aquí por la primera vez los elementos que revelan nuestro modo de ser presente, y los que mediante el trabajo, prometen medios de subsistencia para millones de habitantes en lo futuro. ¡Lección instructiva para todos! Instructiva por las riquezas que el suelo encierra y aún no han recibido forma y valor por el trabajo; instructiva por los artefactos en que se ensaya nuestra tímida industria; instructiva, en fin, por su deficiencia misma”. Félix Weinberg (1963) ha señalado lo novedoso de este planteo: “Además de promover la agricultura y el comercio –ideas que ya estaban en los iluministas como Belgrano- Sarmiento se adelanta a auspiciar la industrialización”.

Con la Exposición Nacional de Córdoba (1871) la creación de la Academia de Ciencias y del Observatorio Astronómico de Córdoba Sarmiento se propuso dar visibilidad al rol de la ciencia en el desarrollo de la industria y de la concreción de una idea de país.

Para comprender las prácticas científicas en sociedades periféricas es necesario tener en cuenta la dinámica particular de la ciencia en la escena internacional, en relación (o en oposición) a los factores que operan en el contexto local de desarrollo de las mismas. Desde este punto de vista la acción de Sarmiento en relación a difundir y generar espacios para la ciencia en un país periférico, estuvo dirigida a generar acciones en el campo dentro de los límites que le imponían el contexto internacional, las condiciones locales y su propia concepción de estado – nación. Sus acciones naturalmente no fueron neutras estuvieron dirigidas a sostener un proyecto que como ya se dijo perduraron largo tiempo. 

Referencias:

Mantegari, C. (2002) Naturaleza y modernización en el siglo XIX: la expansión de la institucionalización científica SABER Y TIEMPO Vol. 4 No. 14 UNSAM. Argentina.

Monserrat, M. (comp.): La ciencia en la Argentina entre siglos. Textos, contextos e instituciones. Cuadernos Argentinos Manantial. Buenos Aires.

Weinberg, F. (1963) Las ideas sociales de Sarmiento, EUDEBA. Bs. As.

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Dra. Ana María TABORGA:
Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL), Facultad de Ciencias Humanas, UNICEN. Secretaria de Relaciones Institucionales de la UNICEN.
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