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16 de mayo de 2013

Política de inclusión digital en la Argentina pos-neoliberal ¿cerrando brechas?

Mag. María Soledad OREGIONI y Dr. Fernando Julio PIÑERO

A diario escuchamos decir que vivimos en un mundo profundamente interconectado y que día a día se está reduciendo la distancia entre las personas y los países en la medida que el comercio, la inversión y la tecnología unen a todos los países en una gigantesca red de interdependencia global. Sin embargo, en términos del desarrollo humano, la distancia entre los países continúa caracterizándose por las profundas y crecientes desigualdades en el ingreso y en las oportunidades de vida. En este contexto, la brecha digital, forma parte de las múltiples brechas que en el marco del capitalismo financiero del siglo XXI conviven en el mundo contemporáneo, como son: la brecha social, la brecha generacional, brecha de género, entre otras. En América Latina, la brecha digital, constituye un desafío a superar para que la mayoría de la población de esta región acceda a la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que están revolucionando el mundo de las comunicaciones. (1)

Según la definición que toma la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la brecha digital hace referencia a la línea que divide al grupo de población que puede acceder a los beneficios de las TIC y al grupo que no tiene posibilidad de hacerlo. Ahora bien, existen diferentes perspectivas de análisis respecto a la brecha digital, (2) que tienen implícitas distintas soluciones a dicha problemática.

Es importante mencionar que la preocupación por resolver la brecha digital, se manifestó en el ámbito multilateral a partir de las Cumbres Mundiales de la Sociedad de la Información de los años 2003 y 2005, en la Declaración de Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, y se formuló el Primer Plan de Acción Regional sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe en el año 2007. (3)

En el caso de Argentina, en la década de los noventa, en el marco del neoliberalismo y reducción de las funciones del Estado, una de las estrategias que utilizaron los gobiernos para reducir la brecha digital y propiciar conectividad a los grupos excluidos ha sido fomentar el acceso a las TIC a menores costos, fundamentalmente mediante el montaje de telecentros en sociedades excluidas, con el fin de que las personas accedan a Internet a costos mínimos y tengan la posibilidad de utilizar las TIC para desarrollar iniciativas de desarrollo local y productivo. La implementación de telecentros, era la principal política para la inclusión digital y llegaban a los sectores excluidos mediante las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). (4)

Desde la asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación en el año 2003, en el periodo que denominamos como etapa pos-neoliberal, se puede observar que existe una política explicita de inclusión, que se materializa en proyectos concretos. En el caso de la inclusión digital, se pasó a otorgar la responsabilidad al Estado nacional para paliar la brecha digital.

“Resulta responsabilidad del Estado Nacional entonces, garantizar equidad en el acceso a las TIC tanto para favorecer la circulación y producción de conocimiento como la inclusión social, cultural y educativa. Dicha inclusión cobra sentido por sus aportes a la mejora del aprendizaje y la enseñanza. Desarrollar una inclusión de las TIC orientada a la calidad implica promover estrategias en las cuales las TIC estén al servicio de las prácticas pedagógicas cotidianas, imprimiéndoles un sentido innovador.” (Res. Nº 123; Anexo I, Pág: 6)

Bajo estos fundamentos, se elabora el Programa Conectar Igualdad, a partir del Decreto 459/10, (5) que busca ser una política de inclusión digital de alcance federal. El programa prevé la entrega de 3 millones de netbooks en el territorio nacional, a alumnos de escuelas secundarias, especiales y programas de formación docente. Y propone la generación de contenidos digitales para desarrollar nuevas estrategias didácticas. Al año 2013, se han entregado 2.343.838 millones de netbooks, que representan el 78 % del total proyectado a entregar en el periodo 2010-2012. El programa pone a la escuela pública en el centro de las políticas de inclusión. Así, el Estado busca llegar a los ciudadanos por medio de la escuela pública con el objetivo de llevar adelante una política de igualdad en el acceso a la educación mediante el uso de nuevas herramientas informáticas.

Ahora bien, ¿estas políticas son suficientes para paliar la brecha digital? ¿la distribución de netbooks en las escuelas permite incorporar herramientas didácticas de trabajo? ¿los docentes están capacitados para incluir a sus clases estas herramientas? ¿cuál es el lugar que ocupan la brecha generacional y la brecha de género en relación a la brecha digital? ¿se promueven políticas al respecto? Sin duda hay varios interrogantes que resolver, y varias acciones por emprender para que la inclusión se materialice y todos los ciudadanos tengan la posibilidad de formar parte de la sociedad de la información y del conocimiento. Lo cierto es que el Estado ha tomado la iniciativa de llevar adelante políticas de inclusión digital, retomando su tarea de garante del acceso igualitario a oportunidades, en este caso a la utilización de TIC.

Notas:

1. Piñero, F y Araya, J: “Revolución científico-tecnológica y sociedad de la información. Análisis a través de indicadores de seguimiento de la División Digital en América Latina”. En: APORTES, Revista de la Facultad de Economía, Benemérita Universidad de Puebla (México), Año X, Nº 29, Mayo-Agosto de 2005.

2. Oregioni, S. y Piñero, F. (2007) “Desarrollo Humano y Brecha Digital en los países del MERCOSUR. Vinculaciones y análisis comparado.” Seminario Internacional “El pensamiento latinoamericano en ciencia, tecnología y sociedad hoy”, organizado por CLACSO. Bogotá, Colombia.

3. Piñero, F y Rivoir, A: “La Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Balance de la situación y perspectiva desde el proceso preparatorio en Latinoamérica” (páginas 65-80). En: Germán Sánchez Daza (editor): América Latina y el Caribe en la Economía y Sociedad del Conocimiento. Una mirada crítica de sus fundamentos y políticas. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)-Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2009. México

4. Di Meglio, F; Oregioni, S. (2006) El vínculo entre organizaciones no gubernamentales y telecentros en América Latina. Desde una perspectiva comparada. Los casos de Argentina y Perú. Publicado en: http://wsispapers.choike.org/soledad_oregioni.pdf

5. Decreto 459/2010. Disponible en: http://www.conectarigualdad.gob.ar/wp-content/themes/conectar_igualdad/pdf/ decreto.pdf

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Mag. María Soledad OREGIONI:
Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas. Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad, UNQ. Lic. En Relaciones Internacionales. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).Investigadora del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) UNICEN.
Contacto: soregioni08 [at] hotmail [dot] com
Dr. Fernando Julio PIÑERO:
Doctor en Sociología (UNESP-Brasil), Magíster en Relaciones Internacionales (UNICEN). Profesor de la Licenciatura de Relaciones Internacionales de la FCH-UNCPBA. Investigador formado y activo categoría II de la SPU. Director de Proyectos e Investigador del CEIPIL-UNICEN.
Contacto: ferpiner [at] fch [dot] unicen [dot] edu [dot] ar