Medicina Veterinaria
29 de abril de 2014

Enfermedad del crecimiento de los perros: el radio curvo

MV Marcelo Rubén CATALANO

Esta patología del crecimiento de los caninos no es de presentación frecuente pero en el caso que se dé, se debe estar muy atentos a los primeros signos para poder actuar rápidamente y en muchos casos con una cirugía simple solucionar el problema antes que requiera de una cirugía más compleja.

Para comprender ésta enfermedad debemos hablar un poco de la anatomía involucrada.

 

El ante brazo de los perros está compuesto por el radio y el cúbito, también llamado ulna.

El hecho de que sean dos huesos los intervinientes tienen mucho que ver en el desarrollo de ésta enfermedad.

El crecimiento de un hueso tiene que ver principalmente que en ellos existen unas zonas llamadas placas o cartílagos de crecimiento, también denominadas simplemente fisis.

Así un hueso largo tiene una zona central llamada díafisis, otras dos distales generalmente articulares llamadas epífisis, y entre medio de ellas la fisis.

El radio curvo es una entidad patológica que se produce como consecuencia del cierre prematuro o completo ó incompleto de la línea de crecimiento distal, es decir, el hueso deja de crecer.

Muy rara vez ocurre por afección de la fisis radial distal. En el cúbito quizá influya su forma cónica, ó quizá por la gran vascularización que allí se encuentra.

Situaciones ligadas principalmente a traumatismos en esa zona, a veces generando una fractura pero no necesariamente, pueden ser los desencadenantes de proceso de cicatrización prematura de ésta zona.

Se han descrito además otras entidades sospechosas como nutricionales, metabólicas, infecciosas, inmunomediadas, entre otras teorías para explicar dicha osificación temprana, pero no han tenido tanta aceptación entre los especialistas.

Al ser el antebrazo un sistema óseo par, el cierre de la fisis en uno de ellos interfiere en el crecimiento del otro de manera restrictiva, es decir no dejándolo crecer como quisiera. Lo que puede dar lugar a acortamiento del miembro o también distintos grados de deformaciones angulares y rotacionales pudiendo desorganizar la anatomía articular a tal punto de generar cambios artríticos.

El cierre prematuro de los cartílagos de crecimiento sucede cuando se lesionan las células germinales o el aporte sanguíneo de ésta zona y el traumatismo previo en ésta zona es el principal sospechoso de desencadenar la patología.

Lo que más comúnmente ocurre es que al dejar de crecer el cúbito, el radio sigue con su tasa de crecimiento normal. El cúbito en éste caso actúa como una cuerda que no deja crecer al radio en longitud por lo tanto el radio para seguir creciendo debe curvarse.

Generalmente lo hace hacia lateral lo que genera cojera inicialmente y deformidad angular de la extremidad afectada mas tarde.

La cojera se debe con frecuencia a dolor articular de codo o a subluxación del carpo, o simplemente a las presiones anormales que se están produciendo en ambos huesos.

El diagnóstico generalmente es confirmado con un estudio radiográfico donde se podrán ver distintas alteraciones según el grado de lesión que exista.

En el primer estadío se puede observar (muchas veces por comparación con el miembro del otro lado) que la línea de crecimiento, que es radiolúcida, es decir es oscura en la radiografía ha dejado de serlo (como lo es en el animal adulto). Lo que nos dice que ya no es mas cartílago, por ende ese hueso no puede crecer mas.

En una segunda etapa podremos observar distintos grados de curvatura del radio, con o sin cambios articulares adyacentes según el tiempo transcurrido entre que se produjo la cicatrización de la fisis y el momento de dicha radiografía.

Debe evaluarse también radiográficamente la articulación del codo, que según las distintas tensiones a que haya sido sometida esa articulación que es formada conjuntamente por ambos huesos, pueden dar incongruencias que llevarán a una artrosis de codo en un futuro no muy lejano si no se trata la patología.

Es muy importante en la primer evaluación preguntar al propietario si ha tenido algún accidente que pudiera haber generado un traumatismo en dicho miembro hace un tiempo atrás, hasta 15 o 20 días atrás. Tambien debemos preguntar cual es la dieta, si hay antecedentes en animales emparentados, padres, hermanos o mediohermanos de otras camadas.

En la consulta debemos prestar atención a si hay acortamiento del miembro, si hay dolor en las articulaciones vecinas, y si hay deformaciones angulares.

Las radiografías deben solicitarse con incidencias medio-lateral y cráneo-caudal involucrando como se dijo antes a la articulación del codo y carpo-radial también.

Antes de adentrarnos en los métodos de tratamiento de ésta patología, recordemos algo que es fundamental y que es: no descuidar los mínimos detalles, los mínimos signos que el animal nos pueda indicar, ya que cuanto antes lleguemos al diagnóstico antes podremos corregirlo.

También es importante diferenciarla de otras enfermedades parecidas.

Los diagnósticos diferenciales se deben hacer con:

  • Mal unión de fracturas.
  • Daño ligamentoso/tendinoso en codo o articulación antebraquio carpiana.
  • Osteopatía metafisaria.

Es relevante el aporte del profesional cuando un animal se golpea o fractura cercano a la zona del cartílago de crecimiento de éstos huesos, ya que a partir de ese episodio por mas pasajero que haya sido se debe controlar radiológicamente al animal en forma semanal o cada 10 días, no más espaciado. De un diagnóstico radiológico temprano depende gran parte del futuro de los tratamientos.

Se han descrito varios tratamientos conservadores como: clavijas que no permitan crecer al hueso que no está afectado en su crecimiento, solo aplicable a animales que ya estén casi en el tamaño de adulto.

Los que han demostrado ser mas efectivos son dos.

La simple ostectomía cubital que consiste en extirpar un trozo del hueso cúbito y en su lugar colocar un injerto de grasa autóloga, es decir del propio animal. Esto se realiza para evitar que el hueso seccionado intente cicatrizarse como lo hace en una fractura y genere así un hueso nuevo antes que el animal deje de crecer y de ésta manera volver a impedir que crezca su hueso par, y volver a generar el problema original.

Esta técnica sirve cuando el diagnóstico es precoz en donde no ha habido aún curvaturas del radio importantes.

La otra técnica es para cuando los cambios angulares ya son muy importantes y deben corregirse.

Ella consiste en realizar además de la ostectomía cubital, la ostectomía en cuña del radio.

Esta cuña debe tener justamente el ángulo de corrección de dicha angulación.

En éste caso además de los cortes óseos correctivos deben colocarse algún mecanismo de fijación ya sean placas y tornillos o tutores externos para que las cicatriz de esos huesos seccionados se produzca correctamente.

Por todo lo visto y como en otras tantas patologías ortopédicas, es muy importante el diagnóstico.

No tratar dolor sin diagnóstico. Esto puede enmascarar signos que nos da el animal, y que luego es más difícil conseguir buenos resultados.

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MV Marcelo Rubén CATALANO:
Especialista en Cirugía de Pequeños Animales Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) Docente de la Diplomatura en Ortopedia y Traumatología de veterinariosenweb/UCASAL Profesor Adjunto Área de Cirugía General, Facultad de Ciencias Veterinarias, UNICEN. Director de Clínica Veterinaria Catalano.
Contacto: mrcatalano [at] gmail [dot] com