Educación
26 de marzo de 2015

El juego de la memoria y los diez años de vida de la ENAPE

Prof. Patricia G. BAVIO

Es convocante prestarse al juego de la memoria para revisar en forma breve 10 años de historia y de vivencias compartidas, los diez años que cumple en este 2015, la Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel de la UNICEN. En aquel momento y en el marco de la educación pública, se abrió una puerta en Olavarría que permitió inaugurar un espacio nuevo y con él la llegada de jóvenes en edades “no acostumbradas” en el escenario de la Universidad. Desde un primer momento ser docente significo una interpelación activa para repensar-nos desde la identidad. La propuesta suponía la construcción de un camino en el que cada uno de los actores sociales con los que nos encontrábamos estaba dispuesto a dar lo mejor de si en pos de un proyecto colectivo y colaborativo sin perder la frontera amplia que supone encontrarnos en un aula académicamente con otr@s en su condición de humanidad. El polimodal -como era la denominación de entoncespara este nivel- iniciaba un camino en el que los docentes nos disponíamos al encuentro entre pares, a recorrer con los jóvenes nuevos espacios que tenían la particularidad de no tener antecedentes institucionales en la ciudad.

Ser docente en la ENAPE implicó para quien escribe, re-pensar las realidades diversas y conocidas de una ciudad que cambia en forma constante, que abre y cierra su límite de ciudad y campo, de pueblos satélites que hacen permeable su identidad, que la rodean ampliándola y en la que los jóvenes no permanecen ajenos sino son testigos y actores de época. Por ello el desafío mayor focalizo la mirada en una pregunta entre varias ¿Cómo hacemos para lograr los objetivos propuestos de un proyecto educativo con realidades distintas entre sí? Ahí estuvo -y sigue estando para mí-  el mayor desafío en mi rol de educadora, enseñar y aprender como docente en un aula de la ENAPE significa transitar los caminos  delos otr@s en tantos sujetos adolescentes de esta ciudad con identidades que visibilizan espacios desiguales y en los que se juega, desde nuestra intención más íntima, reconocerlos en igualdad de derechos y posibilidades.

Las aulas se tornaron entonces como un espacio de encuentro -en mi caso, filosófico- para abrir el camino de la palabra y hacer que el pensamiento sea la búsqueda de respuestas que nos permitan aprender a vivir y soñar con las diferencias validando y sosteniendo una filosofía de preguntas en la que sea posible reconocer-nos como actores activos desde la acción y la palabra. De este modo los desafíos se tornaron hechos y acompañamos la creación de un centro de estudiantes, aprendimos desde las experiencias comunes y diversas, reímos, lloramos, nos emocionamos, nos encontramos. Podemos  preguntarnos hoy a diez años ¿Cuáles fueron las experiencias más ricas y potentes que guarda nuestra memoria docente? ¿En qué caminos  agendamos logros y pequeñas deudas? ¿Desde qué lugares comunes y diversos nos encontramos y nos perdimos? De esa memoria deseo apropiarme, de ese juego maravilloso que nos permite siempre estar activos desde las preguntas y así darnos el permiso para barajar y dar de nuevo, visualizando siempre un proyecto de país en la formacion de jóvenes de escuela secundaria como actores imprescindibles de este tiempo, juego que nos convoca como docentes, acompañando trayectorias, buscando nuevos caminos, tomando decisiones, orientando el trabajo colectivo, validando la palabra para que el dialogo, sea encuentro.

© Todos los derechos reservados.

Prof. Patricia G. BAVIO:
Docente Escuela Nacional Adolfo Pérez Esquivel.
Contacto: patriciabavio [at] yahoo [dot] com [dot] ar