Medicina Veterinaria
29 de abril de 2014

Cuando el final llega: La eutanasia como el último recurso terapéutico

MV Marcelo ÁLVAREZ

Los animales son capaces de sentir dolor físico, sin embargo no son seres independientes, tampoco pueden comunicarnos sus necesidades, ni su parecer sobre lo que hacemos con ellos. Los seres humanos somos quienes tenemos en nuestras manos la tutela de los animales y las decisiones sobre su vida, su cuerpo y su salud, por lo tanto esto los hace vulnerables. (1)

¿Qué sucede cuando el paciente no puede ser tratado por una enfermedad terminal o incurable? ¿Cuándo está en sufrimiento permanente (sea físico o psicológico)? ¿Cuando por su agresividad o riesgo epidemiológico real y confirmado de una zoonosis grave constituye un peligro para la población? (2)

Los profesionales veterinarios están facultados para realizar la eutanasia, término que deriva del griego: “eu” (bien) y “thanatos” (muerte), y que consiste en el procedimiento que provoca la muerte indolora de un animal que sufre una condición penosa o una dolorosa enfermedad incurable o de difícil recuperación.

Siendo “abogados” de los animales, los veterinarios tienen la responsabilidad de considerar cuidadosamente cada situación y sugerir otras opciones cuando sea posible. (3) Éticamente, deben restringir la aplicación de la eutanasia a los casos debidamente justificados. (4)

Durante la evaluación cuidadosa de todos los hechos pertinentes y que tiene en cuenta el dolor del animal, el veterinario se encuentra con el dolor del propietario o cuidador del animal, cuyas necesidades a veces entran en conflicto con las del animal. Cumple aquí un papel en la educación de sus clientes sobre el bienestar de sus animales, de hacerles ver que su propia infelicidad puede producir dolor y ansiedad en estos, y que los ayude a tomar decisiones sabias y humanas. (5)

¿Cuánto sufrimiento debe soportar un animal, antes de que se proponga la eutanasia? No siempre es simple responder a esta pregunta. Muchas enfermedades son dolorosas y de manifestación externa, pero en otras el paciente puede sentirse muy mal pero no necesariamente siente algún dolor. A veces, los animales se deterioran mentalmente, pero todavía comen y están físicamente intactos.

Como norma, instintivamente ningún animal sano realiza sus deposiciones en su lugar de descanso y de alimentación, incluso las hembras con crías abandonan el nido para defecar fuera o ingerir las excretas de sus crías para mantener la higiene. El hecho que esto suceda puede constituir un parámetro objetivo y concreto de que la lucha por la supervivencia ha llegado a su fin.

Es necesario plantearse desde el punto de vista del animal: ¿Está disfrutando realmente de la vida? ¿Realiza las cosas que siempre le produjeron placer? ¿Tiene voluntad de vivir?

La decisión final es potestad de los dueños pero no en soledad, cuentan con la guía y el apoyo del veterinario que los acompañará durante este período sensible pero natural de la vida.

Notas:

1. http://www.medvet.com.ar/index.php/component/content/article/34-articulo...

2. http://www.cvpba.org/assets/documentos/estrategias-para-la-implementacio...

3. Stewart M. (2000).-Eutanasia en los animales de compañía. Editorial Intermédica, Argentina.

4. Legislación veterinaria. 2003. Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires. La Plata, Argentina.

5. Stewart M., op. cit.

© Todos los derechos reservados.

MV Marcelo ÁLVAREZ:
Veterinario con orientación en Neurología, Etología y Terapias Complementarias. Ayudante Diplomado del Área de Fisiología del Sistema Nervioso y Muscular y del Área de Clínica Médica y Quirúrgica de Pequeños Animales, Facultad de Ciencias Veterinarias, UNICEN. Diplomado en Didáctica Universitaria en Ciencias de la Salud.
Contacto: marceloalvarez [at] vet [dot] unicen [dot] edu [dot] ar