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16 de mayo de 2013

Avances tecnológicos en la investigación de pornografía infantil

Dra. Emma Virginia CRÉIMER

Desde la Antigua Grecia hasta la actualidad, los niños se han visto expuestos a graves abismos para terminar con su niñez y hasta con su vida. Arrojados desde las alturas del Monte Taigeto por sus “defectos” congénitos hasta los infinitos límites del cyberespacio por la falta de debido cuidado, han existido adultos dispuestos a empujarlos hacia un final terrible. Así es como observamos hoy en día el camino desandado por la niñez en los casos de abuso.

La nueva tecnología ha permitido adelantos increíbles para el hombre y la mujer común, así como para el científico y el investigador criminal, pero también ha traído aparejados peligros impensados.

Hemos denominado esta forma de buscar y obtener goce sexual a través de los niños con el uso de internet como una forma de cyberpedofilia.

La inmediatez y facilidad de obtención de la información que ofrece Internet, así como su anonimato, han permitido que individuos que diez años atrás reprimían sus deseos sexuales por los niños, los hayan exacerbado y hasta disparado hacia la concreción del hecho.

Incontables páginas pedófilas ofrecen, en forma ininterrumpida, fotos que para el observador desprevenido podrían resultar inocuas, hasta familiares, pero que para el consumidor de belleza infantil con propósitos delictivos resultan verdaderos “books” de selección de víctimas. En la Dirección de Coordinación de Institutos de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de la Procuración General de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires (SCJBA) la interdisciplina es la norma.

Junto a psicólogos, informáticos, médicos forenses y otros especialistas se revisan a diario múltiples soportes informáticos secuestrados en el marco de investigaciones por denuncias de abuso sexual de menores, producción y distribución de pornografía infantil.

El trabajo multi e interdisciplinario sobre estas computadoras ha permitido jerarquizar el contenido de las mismas, observar la repetición de rasgos de personalidad en los denunciados y la creación de una nueva disciplina: la psicoinformática.

En definitiva, la psicoinformática es una herramienta mediante la cual se procede al registro y análisis de los sitios de Internet visitados, de los archivos de texto e imágenes consumidos y debidamente guardados, e incluso a veces borrados por los denunciados, poniendo énfasis en la compulsividad con la que esta tarea se desarrolla, las características físicas, el género y el rango etáreo de las víctimas preferidas y la tendencia a la elección de tareas laborales que le permitan acercarse al denunciado al perfil del niño-víctima seleccionado.

Así, aquel que presenta altísimos volúmenes de documentos y fotos, con o sin contenido pornográfico en las formas habitualmente conocidas, de niños o de niñas entre seis y diez años, probablemente se acercará a su presa de distintas formas, elegirá ser portero de escuela, docente, profesor de música, de educación física o directivo de espacios educativos o recreativos donde pueda tener contacto cercano con víctimas de esa edad y tipología.

Otras veces entrará en los salones de chat buscando al perfil del niño deseado como quien persigue a una presa. El resguardo del anonimato de Internet les permite mentir sin miedo a ser descubiertos y utilizar ardides insospechados para engañar a los niños; llevarlos lentamente a entrar en confianza y exponerlos, en el más riguroso sentido de la palabra, física y psíquicamente para dejarlos a su merced. Es mediante la sustracción supuesta de contraseñas o de fotos que convenientemente hacen que los niños aporten mostrando su cuerpo desnudo, que los extorsionan con la divulgación, hasta concretar un encuentro y someterlos sexualmente.

Parte de estos modus operandi se refleja en las computadoras peritadas y analizadas por el equipo psicoinformático, otorgando al fiscal un nuevo instrumento para profundizar la investigación y generar nexos para establecer la responsabilidad, o no, del presunto autor del abuso.

La metodología pericial se divide en dos instancias de análisis individual, la informática y la psicológica, y una instancia final de discusión interdisciplinaria en ateneo sobre lo obtenido.

El estudio informático es la aplicación de técnicas científicas y analíticas especializadas que permiten identificar, preservar, analizar y presentar datos digitales que sean válidos dentro de un proceso legal.

Dichas técnicas incluyen reconstruir el bien informático, examinar datos residuales y autenticar datos.

En el caso puntual de los delitos contra la integridad sexual de menores, una vez realizado el estudio minucioso del material aportado, se separan todas aquellas imagenes que puedan estar relacionadas con el hecho denunciado, tengan estas aparentes connotaciones sexuales o no.

La experiencia nos ha permitido establecer que, lo que al ojo desnudo de una persona sin inclinaciones pedofílicas no resulta de importancia para la investigación de la causa, sí lo es cuando se investiga este tipo de delincuentes.

No es necesario encontrar escenas de sexo explícito con menores para asumir que ciertas repeticiones fílmicas o fotográficas, presuntamente inocentes, de los mismos niños, permitirán que –en el conjunto de lo investigado- el psicólogo forense realice el análisis y significación de este contenido.

El informático forense, no sólo realiza el análisis de la información contenida en computadoras, sino que también estudia al “usuario” de las computadoras; estos forman hábitos de uso, formas que cambian y varían según sus actividades.

En una segunda instancia se realiza el estudio psicológico del usuario a través del soporte informático secuestrado.

Se estudia el contenido de la PC secuestrada realizando un trabajo de interpretación y observación metódica y pormenorizada del contenido de la misma, focalizando el interés en las diversas  imágenes encontradas.

Del análisis surgen indicadores que podrían dar cuenta de rasgos o características de la personalidad del usuario.      

La psicoinformática articula las dos disciplinas a fin de reconstruir la psicodinámica de los agresores sexuales. El psicólogo evalua toda huella psicológica que sirva para perfilar la personalidad del acusado como la de sus víctimas.

La Psicoinformática Forense es una herramienta que se utiliza como alternativa para la investigación de aquellas causas cuyas temáticas están relacionadas con la producción, publicación y distribución de pornografía infantil y delitos contra la integridad sexual en los que posiblemente se encuentren implicados menores de edad.

El foco del análisis Psicoinformático Forense se hace en base a la búsqueda de aquellos elementos que estén exclusivamente relacionados con la temática investigada en la Instrucción de la Causa Penal.

Este enfoque surge como una respuesta operativa a la multiplicación de causas que motivan la intervención judicial y llegan al gabinete informático y a la Dirección de Institutos de Investigación Criminal y Ciencias Forenses.       

En la Peritación Informática Forense de este tipo de causas emergen elementos que podrían estar vinculados a la esfera psicosexual de las personas investigadas. Debido a la casuística actual de estos delitos, surge la necesidad institucional de crear dispositivos de trabajo interdisciplinarios que puedan interpretar las conductas  de las personas investigadas.

La evaluación completa ha permitido dividir a los pedófilos que consumen pornografía infantil en tres categorías:

VERDE: aquellos que ingresan en búsqueda de pornografía de adultos y se “encuentran” con pornografía infantil, guardando en su pc algunas imágenes.

AMARILLO: aquellos que coleccionan cantidades innumerables de imágenes y videos, prolijamente archivadas en carpetas con un sentido lógico de búsqueda. Este caso es el consideramos de mayor riesgo potencial porque atento la compulsividad con la que consume imágenes, en general tiende a producirlas con niños de su entorno hasta llegar al abuso.

ROJO:  aquel que además de poseer inexplicables cantidades de material pornográfico infantil, ya ha pasado al acto y podemos colectar sus propias producciones con abusos de niños.

El anonimato, velocidad e impunidad que genera internet en manos de un pedófilo (cyberpedofilia) frente a un niño víctima es un desafío nuevo para los investigadores forenses. La psicoinformática, en el marco del trabajo multi e interdisciplinario, ha permitido hacer visible una estrategia delictual y aportar nuevos elementos investigativo para develar mecanismos de abuso, corrupción y comercialización de niños.

Sin duda alguna, queda un largo camino por recorrer, pero una base de investigación científica interdisciplinaria seria y responsable, puesta a disposición de quienes llevan la dirección de las investigaciones penales, permite establecer estrategias de acción al comprender y exponer las intrincadas e innovadoras formas de arrojar al eslabón más delicado de nuestra sociedad, el niño, hacia nuevos abismos.

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Dra. Emma Virginia CRÉIMER :
Directora Dirección de Coordinación Institutos de Investigación Criminal y Ciencias Forenses Procuración General - Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires (SCJBA)
Contacto: prossicase [at] mpba [dot] gov [dot] ar