“Espacios en Blanco”: 20 años de un proyecto colectivo
Si bien hoy me toca a mi estar en este lugar, Espacios en Blanco es un proyecto colectivo del que hemos participado un conjunto de colegas que trabajamos en -y nos preocupa- la educación y, si me permiten adjetivarla, una educación más justa, más liberadora e igualitaria.
Espacios en Blanco es un proyecto que surgió con estas premisas a fines de los años ´80 entre aquellos que retornaban al país luego de un doloroso y forzado exilio, y aquellos otros que emergíamos en la vida democrática y universitaria como jóvenes graduados y muy incipientes investigadores. Ya algunos de ellos no están con nosotros y vaya mi permanente recuerdo y agradecimiento por la formación (no sólo académica) que recibimos de ellas: me refiero a Ana María Roux y a Elena Squarzon.
Un proyecto que recién logramos concretar a fines de 1992, cuando comenzamos a realizar el armado del primer número de la Revista que conseguimos imprimir en el entonces Departamento de Impresiones y Publicaciones de la Universidad en 1994, el cual contaba con seis artículos de docentes de la Facultad y con apenas 100 páginas.
El lograr permanecer a lo largo de estos años ha sido una tarea que nos ha implicado esfuerzos, destinar una parte significativa del subsidio otorgado a nuestro Núcleo de Investigación de Estudios Educacionales y Sociales (NEES), así como el dedicarle horas de trabajo que exceden a nuestras dedicaciones. En la tarea cotidiana comenzamos pocos, Mercedes Baldoni, Ricardo Baquero, luego Alejandra Corbalán como directores de la Revista, y quien les habla. En el transcurso de estos 20 años, la Revista se fue abriendo a un público más amplio a través de donaciones, ventas y canje (intercambiando actualmente con aproximadamente 300 publicaciones y centros). Fuimos aumentando la cantidad de artículos publicados, incluimos nuevas secciones, nos presentamos a procesos de evaluación para ser indexados. Se fue ampliando la cantidad de miembros del Comité Editorial y del Consejo Asesor, con la incorporación de prestigiosos académicos nacionales e internacionales, entre los cuales participa François desde hace unos años. Y se incorporó un grupo de jóvenes investigadores, los cuales hicieron –entre otras tantas tareas- que nos visibilizáramos en las redes sociales, digitalizáramos las revistas en la web de Espacios en Blanco y nos incorporáramos a SCIELO; es decir que Espacios en Blanco sea actualmente una publicación en formato no sólo impreso, sino también digital.
Hoy la Revista se encuentra posicionada a nivel nacional y latinoamericano, tal como lo han manifestado no sólo los centros de indexación (que en el caso del CAICYT/CONICET vamos por la tercera evaluación con la obtención del máximo puntaje), sino también colegas que se dedican al estudio de las revistas de educación y recientemente nos hemos enterado que somos una de las revistas más consultadas de la Biblioteca Nacional de Maestros.
A este I Encuentro Internacional lo hemos titulado Espacios de investigación y divulgación, porque éste es el compromiso que asumimos y seguimos asumiendo día a día de difundir los conocimientos que, en distintas áreas y en distintos espacios institucionales, se generan en el campo educativo y, como escribí en la Editorial del último número de la Revista, con la fuerte convicción de constituirnos en uno de los espacios que defiende aquellos parámetros que caracterizan y singularizan a las Humanidades y a las Ciencias Sociales; que no siempre tienen el lugar y el reconocimiento que consideramos les corresponde en los organismos científicos –sean estos gubernamentales o no gubernamentales-. Es ésta nuestra manera de adherir públicamente a la apelación que actualmente están realizando grupos de investigadores a nivel nacional para que se establezcan criterios diferenciales de evaluación que respeten los presupuestos epistemológicos, teóricos y metodológicos de nuestras disciplinas. Así como el modo de transferir y divulgar conocimientos, asumiendo un fuerte compromiso social, porque sólo de esta manera concebimos nuestro oficio como investigadores y docentes.
Quisiera terminar esta breve intervención, con la recreación de algunas de las palabras que se escribieron en el primer editorial de la Revista e invitando a Uds. que en el trabajo que iniciamos hoy en cada una de las mesas y paneles, nos incluyamos “en el espacio del pensar…, en el espacio del compartir experiencias”, con la convicción que esos espacios que llenemos en este Encuentro abrirán a otros múltiples espacios en blanco a ser pensados, a ser compartidos y a ser divulgados en esta búsqueda permanente del indagar y conocer.
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